La ronda de las promesas
La única carretera que circunda Sevilla es insuficiente para absorber el tráfico hacia los pueblos del área metropolitana
En Sevilla lleva años abierto el proyecto de construcción de la nueva ronda de circunvalación, la SE-40, que aliviará la circulación diaria entre el la ciudad y la zona del Aljarafe, Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra, las áreas que más sufren las retenciones diarias y donde vive una población que supera los 200.000 habitantes.
El tiempo invertido en un mismo trayecto entre las capital y alguno de estos municipios puede duplicarse si confluyen factores como la lluvia y la temida hora punta, entre las 7.30 y las 9.00 en dirección a Sevilla y las 14.30 y las 15.30 en sentido contrario.
El pasado jueves empezó a llover en Sevilla en una de estas horas críticas para el tráfico entre la capital y su área metropolitana. Las 14.30 es el momento de las salidas de los colegios, el cierre de los comercios, el fin de la jornada laboral de unos y el cambio de turno en muchos centros. A esa hora, el tráfico es especialmente denso en la salida de Sevilla en dirección a los pueblos más poblados de su área, sobre todo hacia la zona del Aljarafe.
Según datos de la Consejería de Obras Públicas, en los 22 municipios del área metropolitana de Sevilla viven alrededor de 1.100.000 personas, que realizan cada día 2.230.000 viajes. Apenas el 28% utiliza el transporte público. La mayoría prefiere desplazarse en su propio coche, calculando al segundo la hora de salida de casa o del trabajo para intentar ganarle minutos a la temida hora punta, que puede duplicar el tiempo empleado en un mismo itinerario.
Aunque el jueves, a pesar de la lluvia, no fue mal día. Algunos vecinos del Aljarafe que realizan a diario el mismo recorrido a la misma hora se extrañaban de la fluidez del tráfico. El trayecto Sevilla-Palomares del Río, de 13 kilómetros, se hizo en 26 minutos. Sin tráfico, el tiempo medio para este mismo itinerario ronda los 20 minutos.
El trayecto comenzó en el barrio de los Remedios, junto a la salida del Colegio de los Padres Blancos. El fin de la jornada escolar y la lluvia que empezaba a caer pronosticaban atasco, pero el tráfico estaba más fluido de lo habitual. La circulación se fue haciendo más densa al entrar en la ronda de circunvalación SE-30, en especial en el puente Reina Sofía, que conecta con las salidas a Huelva, Mérida, Córdoba, Granada y Cádiz. No obstante, los coches que circulaban por los cuatro carriles de dirección única nunca estuvieron del todo parados. Durante los tres minutos que se tardó en cruzar el puente la velocidad mínima fue de 12 kilómetros por hora. Un día de tráfico más denso, el paso del puente puede demorarse alrededor de siete u ocho minutos.
A partir del puente, la circulación se hizo menos densa, sobre todo una vez dejados atrás las entradas a San Juan de Aznalfarache y Mairena del Aljarafe. A la localidad de Gelves, a siete kilómetros de la capital, se llega a las 14.46, 16 minutos después de iniciar el trayecto. Para recorrer los seis kilómetros que distan hasta Palomares, con tráfico ya completamente fluido, se emplean apenas 10 minutos.
Aunque el tráfico cambia según las circunstancias, 26 minutos para 13 kilómetros en la hora punta de un día laborable elegido al azar no es mal promedio en comparación con las conexiones entre la capital y el área metropolitana en otras grandes ciudades. El tráfico es a menudo peor en el centro de Sevilla. El viernes, a la misma hora, se tardó alrededor de 45 minutos en un recorrido de apenas tres kilómetros dentro de la capital.
El principal problema de la SE-30 es el puente V Centenario, donde se pasa de tres carriles por sentido a sólo dos y uno reversible. En ese paso no hay salida. Si un accidente, una obra o cualquier incidencia rompe la fluidez, se forman colas de hasta 10 kilómetros que impiden acceder a las vías alternativas, por la ciudad, que se limitan a absorber todo el tráfico.
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