Valencia se abre al mar
La ciudad renovará la dársena interior del puerto e impulsará nuevas infraestructuras para albergar la Copa del América
Valencia se prepara para vivir de cara al mar. Elegida el pasado 26 de noviembre sede de la Copa del América de 2007, la regata más antigua de cuantas se celebran, la ciudad afronta el reto de albergar por primera vez una gran competición deportiva, cuya celebración promete generar un impacto económico superior a los 1.500 millones de euros y crear 10.000 empleos. Importantes inversiones en el puerto y el aeropuerto, además del impulso a la ampliación del Metro y la promesa de acelerar la llegada del AVE, alimentan las expectativas de modernización de la tercera ciudad de España. "Valencia va a toda vela", proclama la alcaldesa, Rita Barberá, del PP.
La responsabilidad de responder a la euforia que desató entre políticos y empresarios la designación de Valencia tras un proceso de selección entre más de 60 ciudades candidatas a organizar la regata, se traslada ahora al Consorcio Valencia 2007, creado por la Administración central, la autonómica (también del PP) y el Ayuntamiento para poner a punto las infraestructuras necesarias.
El presupuesto de 500 millones de euros incluye 60 por los derechos de competición
El Gobierno ha declarado el evento como acontecimiento de especial relevancia, lo que comporta incentivos fiscales para atraer la inversión y el patrocinio privado.
El primer objetivo del consorcio es adaptar la dársena interior del Puerto de Valencia a las exigencias de los organizadores de esta competición de multimillonarios -cada equipo participante cuenta con un presupuesto de unos 100 millones de euros-, la empresa America's Cup Management (ACM), que detenta los derechos del evento en nombre del último ganador, el barco Alinghi, con sede en Suiza, un país sin mar. Concebido en 1997 como espacio comercial y de ocio, el proyecto de la dársena se rediseñará para crear un puerto deportivo que dé cabida a las bases de los competidores -unas 17-, amarres para grandes yates y un helipuerto, centros de invitados de la organización, de prensa y de voluntarios, además de un parque para 8.000 espectadores.
La dársena disfrutará de una nueva salida al mar a través de un canal que dejará a los barcos a 15 minutos del campo de regatas. El Puerto de Valencia, que ha supeditado su plan de ampliación a la Copa del América, acelera trámites para tener listo el canal en 2006. Su construcción se rematará con un hotel de lujo, o en cualquier caso un edificio "emblemático, como la ópera de Sydney", según deseos de Barberá.
La inversión en el puerto y la ampliación en 500 metros de la pista del aeropuerto de Manises, ronda los 500 millones. Este presupuesto, gestionado por el consorcio, incluye los 60 millones que percibe por los derechos de la competición ACM, que explotará la dársena interior durante el evento.
La celebración de la Copa, con regatas en los próximos años hasta la final de 2007, ha despertado asimismo las esperanzas de los barrios cercanos al puerto, que confían en que el flujo de inversiones no se pare en la dársena, los saque de la degradación urbana y revalorice toda la fachada litoral.
El Ayuntamiento no ha previsto aún nuevas actuaciones, al margen del desarrollo urbanístico de varios planes parciales, pero mantiene su intención de abrir una avenida hacia el mar por el barrio de El Cabanyal, un polémico plan pendiente de resolución judicial. Y espera impulsar el ajardinamiento de los últimos tramos del viejo cauce del Turia (donde se ubica la Ciudad de las Artes y las Ciencias), principal eje este-oeste de Valencia, que quedará unido al litoral a través del castigado barrio de Natzaret.
La Generalitat valenciana acelerará con el Ministerio de Fomento la prolongación de la red del Metro hasta el aeropuerto, y una línea de tranvía al puerto. Ambas administraciones, junto al Consistorio, han iniciado, además, una importante operación urbanística que liberará a Valencia de la playa de vías ferroviarias que se adentra en el corazón de la ciudad.
Las vías se enterrarán para destinar el suelo a viviendas y un parque de 200.000 metros cuadrados. La nueva estación central del proyecto, con un presupuesto de 804 millones espera la llegada del AVE desde Madrid para 2007. Un compromiso que Fomento se niega a asumir, lo que no impide a la alcaldesa presumir de que la ciudad se transformará para ofrecer "la mejor Copa del América de la historia".
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