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LA HABILITACIÓN DEL PROFESORADO

La habilitación provoca que 1.500 docentes dejen sus clases durante un mes

Unos 6.600 candidatos viajarán este curso por España para optar a 576 aprobados

El sistema de habilitación nacional del profesorado contratado, aprobado con la Ley Orgánica de Universidades (LOU), está provocando que este curso alrededor de 1.500 profesores pasen un tiempo medio de un mes fuera de su universidad para examinar a los candidatos a catedrático o titular universitario y que alrededor de 6.600 aspirantes se tendrán que desplazar por toda España para realizar las pruebas que les permiten optar a sólo 576 habilitaciones.

La LOU estableció que todo profesor que quiera acceder a una plaza de funcionario, bien titular o bien catedrático, debe superar previamente una prueba de habilitación que se realizará en la universidad del presidente de la comisión que lleva a cabo. La habilitación es sólo una especie de sello que se da al seleccionado para que luego pueda concursar a una de las plazas vacantes en alguna universidad.

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Las comisiones son elegidas por sorteo entre los profesores del área de conocimiento de la plaza y están compuestos por siete personas. Por tanto, seis de ellas están teniendo que pasar al menos un mes fuera de su universidad, parando sus clases o su labor investigadora, para marcharse a realizar la prueba a la localidad en la que resida el presidente de la comisión.

Tres veces al año

Las plazas de habilitación que se convocan son establecidas después de que las universidades comuniquen, tres veces al año (según dice un real decreto que desarrolla la LOU), las plazas que necesitan cubrir. Con lo cual, este sistema se reproduce tres veces a lo largo del curso.

Si multiplicamos los siete profesores examinadores de cada comisión de habilitación por el número de comisiones (226) creadas este curso en las tres convocatorias, tenemos que habrá 1.582 profesores que este curso pasarán una media de un mes fuera de su centro para examinar a los candidatos.

Mantener a cada comisión un mes fuera de su lugar de residencia cuesta un mínimo de entre 100 y 120 euros diarios por persona, según datos recabados de los participantes en diversas comisiones.

Además, a estas pruebas se presentan en la mayoría de los casos un número de candidatos muy superior al de plazas. Todos ellos deben costearse el desplazamiento y la estancia de su bolsillo. El total de personas inscritas para la primera convocatoria de estas pruebas de habilitación por áreas es de 2.283, que optan a 210 habilitaciones. En las tres convocatorias se prevén dar 576 habilitaciones. El real decreto dice que el número de habilitados "estará en función" de las plazas que hayan dicho las universidades que necesitan cubrir al Consejo de Coordinación Universitaria.

Las plazas que han declarado que necesitan las universidades en la primera convocatoria son algo más de la mitad de las 210 habilitaciones que se van a otorgar.

La conclusión es la itinerancia por toda España a lo largo del curso de esos 1.582 profesores examinadores en activo (entre catedráticos y titulares) y alrededor de 6.600 aspirantes (unos 2.200 por convocatoria) que tendrán que desplazarse por España para hacer las pruebas. Los que no obtengan la habilitación tendrán que repetir el viaje en otra convocatoria posterior.

Algunas pruebas de las ya realizadas son ilustrativas de la situación. Por ejemplo, en Sevilla se realizó recientemente la prueba de habilitación para profesor catedrático de Química Orgánica. Se presentaron 58. Había ocho plazas. La comisión (formada por profesores de universidades de diversas comunidades autónomas) se pasó un mes seguido en esta ciudad sólo para realizar la primera parte de la prueba: la exposición de los méritos (investigadores y docentes) del candidato y su defensa ante la comisión.

En las pruebas que se realizan en otras áreas de conocimiento, la diferencia entre los habilitados programados y los candidatos es más llamativa. Algunos ejemplos son las convocatorias de titular de Física Aplicada, a la que concurren 92 personas para dos habilitaciones; la de catedrático de Matemática Aplicada, a la que se presentan 64 titulares para dos habilitaciones; la de titular de Ingeniería Química, con 63 aspirantes para dos habilitaciones, o la de catedrático de Historia del Arte, a la que se presentan 30 profesores titulares para dos plazas.

Además, al haber pocos habilitados, el margen de elección de los centros universitarios del profesor idóneo para cubrir cada plaza vacante se ve muy reducido.

Una clase en la Universidad de Salamanca, en una foto de archivo.
Una clase en la Universidad de Salamanca, en una foto de archivo.SANTIAGO BURGOS

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