Retenciones de más de 15 kilómetros en las carreteras de acceso al Pirineo

Una de las carreteras principales de acceso a los Pirineos, la C-16, sufrió ayer monumentales atascos de más de 15 kilómetros en dos puntos. La de ayer fue una de las salidas masivas de Barcelona por el largo fin de semana de la Constitución: más de 300.000 vehículos. Y muchos en dirección al Pirineo catalán, donde los hoteles casi colgaron el letrero de "completo". En las 11 estaciones de esquí del Pirineo catalán se teme sufrir un serio colapso si se cumplen las previsiones de los operadores turísticos, que calculan que unas 100.000 personas acudirán a disfrutar de la nieve.

Los problemas en las carreteras empezaron a primeras horas de la tarde y se complicaron mucho más al caer la noche. La C-16 (la antigua C-1411), de acceso a los Pirineos, sufrió dos atascos de más de 15 kilómetros: uno, de 16 kilómetros, en Guardiola de Berguedà, en sentido norte, y el segundo, de 17 kilómetros, en el mismo sentido, entre Manresa y Navàs. Esta caravana tuvo su origen en un accidente de tráfico ocurrido a la una de la tarde al chocar el volquete de un camión contra un puente. Fuentes del Servicio de Tráfico de Cataluña informaron de que, además, el camión derramó líquido y la carretera tuvo que cerrarse. Cuando se abrió, a las cinco de la tarde, la retención era ya de seis kilómetros. Los responsables de Tráfico llegaron a aconsejar a los conductores que se encontraban en la carretera que se desviaran por rutas alternativas.

Pero no sólo estaba complicado el panorama en el acceso a los Pirineos. Las salidas de Barcelona se empezaron a cargar a media tarde y hacia las ocho las retenciones eran de seis kilómetros en la Diagonal, en la A-2, hasta Sant Feliu. Las rondas se encontraban muy saturadas y la A-7 registraba retenciones de siete kilómetros en Barberà del Vallès. Otras vías que presentaron retenciones fueron la N-II en Jorba, con cinco kilómetros; la C-58, con seis kilómetros, en Montcada i Reixac, y la C-15, cortada en Sant Pere de Ribes por un accidente y con paso alternativo en Canyelles por un choque múltiple. La C-17 tenía cinco kilómetros de retenciones en Granollers. Varios accidentes de tráfico contribuyeron a complicar más el panorama.

El Servicio Catalán de Tráfico puso en marcha una operación especial de tráfico que se prolongará hasta el regreso, el lunes, cuando se prevén parecidos problemas pese a las advertencias de evitar las horas punta.

Las colas en las carreteras de acceso al Pirineo eran la prueba de la afluencia masiva a las estaciones de esquí en uno de los primeros fines de semana de la temporada. De hecho, las estaciones del Pirineo de Lleida temían sufrir un considerable colapso durante el puente de cumplirse las previsiones más optimistas de los operadores turísticos y de los responsables de las 11 estaciones de esquí. Éstos prevén que más de 100.000 esquiadores acudan a su primera cita con la nieve, que además ha caído en abundancia.

Lleno hasta la bandera

El Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, que promociona las 11 estaciones de esquí leridanas bajo la marca común Neu de Lleida, esperaba un lleno absoluto en los establecimientos hoteleros situados en un radio de 30 kilómetros de las pistas. Su director, Xavier Moncayo, aseguró ayer que, si el tiempo acompaña, el negocio de la nieve estará asegurado, ya que la afluencia de turistas al Pirineo podría superar la registrada en los últimos años por las mismas fechas. El 90% de las plazas hoteleras están reservadas desde hace semanas, según fuentes del sector. Éste será el primer fin de semana con todas las estaciones abiertas. Hace ocho días, debido a la falta de nieve, sólo pudieron abrir parcialmente sus instalaciones Boí Taüll Resort (Alta Ribagorça), Port Ainé (Pallars Sobirà) y Baqueira-Beret (Val d'Aran), por donde pasaron 10.000 esquiadores. Moncayo destacó que es muy importante para el turismo poder iniciar la temporada de esquí con buen tiempo y mucha nieve en las pistas: "Si la temporada empieza bien, acostumbra a ser buena".