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La nueva sede de la Feria de Durango se convierte en protagonista de su apertura

El escritor firma en la feria su nueva novela, que espera se convierta en su "trabajo definitivo"

Si lo normal en una feria de libros y discos es que en ella se hable de música y literatura, tal norma se rompió ayer en Durango. Y es que el asunto que corría de boca en boca en la primera jornada de la 38ª edición de la Feria del Libro y Disco Vascos no eran las novedades editoriales, sino el nuevo recinto que acoge ya el evento.

La nueva infraestructura de acero y cristal ha sustituido a la tradicional carpa y los profesionales no han tardado en acostumbrarse. "Este edificio supone entrar en un sitio estable, fijo", comentaba el agente literario Alejandro Zugaza, representante entre otros autores de Bernardo Atxaga. "Tiene unas condiciones magníficas y adecúa la feria a los tiempos modernos; se acaba la improvisación. Podemos decir que seguirá aquí toda la vida".La feria abrió sus puertas con la habitual jornada dedicada a los escolares y la inauguración oficial, a cargo del periodista José Mari Iriondo.

En esta primera jornada, la feria recibió la visita de la que va a ser, sin duda, una de las principales figuras de esta edición: Bernardo Atxaga. El escritor acudió a firmar ejemplares de Soinujolearen semea (Pamiela), su primera novela tras un paréntesis de cinco años. Durante ese tiempo el autor se ha dedicado en cuerpo y alma a su nuevo trabajo, tanto que ayer confesaba sentirse algo fuera de lugar al encontrarse frente a frente con sus lectores. "Me pasa lo que a la mayoría de los sordos, llevo mal lo de caminar en la multitud", comentaba mientras charlaba con algunos de ellos. "He vivido un poco retirado, no he sentido necesidad de salir de casa y del escritorio".

Pese a ello, el autor se mostraba "tranquilo y en paz", después de haber presentado una obra "ambiciosa" que espera se convierta en su "trabajo definitivo". "Con este libro no voy a hacer tablas, voy a hacer jaque mate. He puesto muchas horas, he puesto velas a las musas, he sobornado a los dioses, he visitado al médico para que me tomara el pulso cada mes. He hecho lo posible y lo imposible para hacer un buen libro", explicó.

La intención de los organizadores del evento a partir de esta edición es potenciar este tipo de encuentros entre los autores y sus lectores, además de otras actividades culturales paralelas, ya que la estabilidad que les aporta la nueva sede de la feria les permite dirigir más recursos a esas iniciativas en lugar de destinarlos al alquiler de la carpa. Por ello, los responsables de la feria no ocultaba su satisfacción ante lo que supone un "importante paso adelante", en palabras de Itziar Irazabal, miembro de la organización. "Si a todos nos dan a elegir entre vivir en una tienda de campaña o una casa, todos elegimos la casa", explicó Irazabal, quien señaló que los beneficios de la nueva infraestructura se notarán más desde la próxima edición. "Ahora hemos descubierto lo que es el edificio", puntualiza.

Con infraestructura estable o sin ella, lo que no ha cambiado es el revuelo que todos los años se adueña del certamen durante sus primeras horas, ya que cientos de escolares llenaron el recinto tan pronto como éste abrió sus puertas. Pertrechados de lápices y cuadernos, pusieron a prueba la paciencia de los responsables de las editoriales, encargados de responder al listado de preguntas que los visitantes más jóvenes llevan preparadas por encargo de sus profesores. "¿Cuántos libros nuevos traéis este año? ¿Cuál creéis que se va a vender más?", repetía un grupo de niños ante cada puesto.

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Seiscientas novedades

Ya por la tarde, con las puertas cerradas al público, los profesionales del sector pudieron disfrutar de unas horas para charlar e intercambiar pareceres sobre las últimas novedades editoriales. En total, son más de 600 las nuevas publicaciones que se presentan en esta edición, entre ellas 403 libros y 94 discos, repartidos en 271 puestos expositores.

Junto con la novela de Bernardo Atxaga, entre las novedades literarias destacan también Kolosala izango da (Txalaparta) el nuevo libro de Joseba Sarrionandia y Eta ni zer (Elkar) la obra del actual Premio Euskadi de Literatura Fernando Morillo.

En el apartado discográfico, los recopilatorios de Mikel Laboa y Urko pondrán un toque de nostalgia entre los nuevos trabajos, como el del cantautor Ruper Ordorika, o los de bandas jóvenes como Kuraia y Berri Txarrak.

Otro libro que puede tener una buena acogida es La pelota vasca (Aguilar), que reúne todos los testimonios recogidos por Julio Médem para su documental sobre la situación política y social de Euskadi. El propio realizador donostiarra presentará hoy la obra en Durango, en un acto que está previsto para las once de la mañana.

El resto de la jornada estará dedicado al análisis de la relación entre la difusión del euskera y la radio. Destacado profesionales radiofónicos disertarán sobre ese asunto en una mesa redonda prevista para el mediodía. A la tarde, la feria homenajeará a Gerardo Bujanda, corresponsal de Radio Euskadi durante el franquismo.

Un aspecto de la Feria en su nueva sede durante la mañana de ayer.
Un aspecto de la Feria en su nueva sede durante la mañana de ayer.LUIS ALBERTO GARCÍA

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