Los líderes del Magreb se reúnen por primera vez desde hace 15 años

Los líderes de los cinco países del Magreb -Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania y Túnez- se reúnen hoy por primera vez desde 1989 para intentar dar un impulso a la Unión del Magreb Árabe (UMA), la organización regional creada en dicho año, que ha languidecido al compás de las estridencias de Muammar el Gaddafi, el líder de Libia, y de las rivalidades entre marroquíes y argelinos.

El presidente del Gobierno español, José María Aznar, y sus colegas de Francia, Italia, Portugal y Malta estarán hoy también en Túnez para secundar el intento. Será ésta, además, la primera reunión al máximo nivel del llamado Grupo Cinco Más Cinco, creado en 1994 para desarrollar las relaciones entre las dos orillas del Mediterráneo occidental. De los diez países interesados, sólo Mauritania va a estar representado por su primer ministro, ya que su presidente, Ahmed Uld Tayá, amenazado recientemente por un fallido golpe de Estado y enfrentado en abierta polémica a Gaddafi por sus relaciones con Israel, anunció ayer que no acudiría a un evento que se pretende armonioso. Aznar participará apenas cuatro horas, porque tiene que regresar a Madrid para asistir al 25º aniversario de la Constitución.

La estabilidad y la seguridad en la región, un capítulo en el que destaca el conflicto del Sáhara, la cooperación económica y la integración magrebí, los problemas de la inmigración planteados por los cinco del norte y el diálogo entre civilizaciones marcan los ejes de una agenda que va a dar pie para que se celebre un nuevo del presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, con el rey de Marruecos, Mohamed VI. La rivalidad entre estos dos países, que mantienen sus fronteras cerradas desde hace una década, ha sido el principal obstáculo para que la UMA realice su proyecto poco realista de constituir una zona de libre comercio en tiempo récord. Hubiera debido concluir en los años noventa, y todavía no ha comenzado.

Grupo Cinco Más Cinco

El Grupo Cinco Más Cinco, que decayó naturalmente desde que comenzó el diálogo euromediterráneo, en 1996, pretende que la idea vuelva a cobrar vigor, proponiéndose una vez más como mentor de la misma, a la vista de que el Proceso de Barcelona tampoco ha resultado el marco idóneo para impulsar este objetivo debido a que está prácticamente bloqueado por el conflicto de Oriente Próximo.

El principal interés de los Diez en la reanudación de su foro deriva, sin embargo, del deseo de comprometer en la relación con Europa a Gaddafi. Pese a su voluntad declarada por aproximarse a la comunidad occidental, el líder libio ha reiterado que su marco natural es África y ha dicho que no quiere incorporarse al proceso de Barcelona ni responder a sus exigencias en materia de democracia y derechos humanos. El foro Cinco Más Cinco retomó su actividad hace un par de años, precisamente a raíz de que se relajara la presión internacional sobre Libia por el atentado de Lockerbie.

Desde el punto de vista español, la reunión de Túnez se sitúa en un momento clave, a caballo entre la visita a Argel que Aznar realizó el pasado 27 de noviembre y la cumbre con Marruecos prevista para el próximo lunes. La cita pondrá a prueba la capacidad del Gobierno de compaginar una posición sobre el Sáhara afín a la de Argelia y el Frente Polisario, con el objetivo inaplazable de normalizar las relaciones con Mohamed VI.

Aznar, que es el único de los líderes europeos que ha visitado a Gaddafi, el pasado mes de septiembre, tras el levantamiento de las sanciones de la ONU, juega en el problema del Sáhara un papel opuesto al del francés Jacques Chirac, que apoya incondicionalmente a Marruecos.