Una despedida solemne

Los Reyes y el príncipe de Asturias presidieron ayer a mediodía en la sede del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en las afueras de Madrid, el funeral por los siete agentes del servicio secreto muertos en una emboscada en Irak el sábado. Los máximos representantes de las instituciones del Estado y de los partidos, además de la cúpula militar, acudieron a las exequias, vetadas al público y a la prensa. TVE y Efe difundieron las imágenes como señal institucional.

Don Juan Carlos, doña Sofía y el príncipe Felipe se acercaron antes de la misa a saludar, uno por uno, a los allegados de los agentes muertos. Hubo abrazos, besos, palmadas en la espalda y breves intercambios de palabras. El Rey también fue especialmente cariñoso con el director general del CNI, Jorge Dezcallar.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, acompañado de su esposa, la concejal Ana Botella; los del Congreso y el Senado, Luisa Fernanda Rudi y Juan José Lucas, y el del Consejo General del Poder Judicial, Francisco José Hernando, encabezaron la representación institucional. También acudieron los líderes del PP, Mariano Rajoy; del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y de IU, Gaspar Llamazares.

El vicario general castrense, Daniel Ponte Rodríguez, oficiante de la misa, que se celebró bajo una carpa, trató de consolar especialmente a "los familiares y compañeros que sienten el latigazo de la violencia terrorista". El arzobispo destacó que los agentes atacados al sur de Bagdad estaban "trabajando en una misión de paz" y alabó el trabajo de los servicios secretos: "Es una labor que no se nota [...] imprescindible para la paz, la tranquilidad de la nación, de nuestra patria, de todo el mundo". "No os desaniméis", les pidió a los compañeros de los fallecidos.

Aunque los siete muertos eran militares, las exequias tuvieron un carácter más civil que castrense. El Rey impuso a Alberto Martínez, Carlos Baró, José Merino, José Carlos Rodríguez, José Lucas, Alfonso Vega y Luis Ignacio Zanón la Cruz Oficial de la Orden del Mérito Civil a título póstumo. El coro y el conjunto de cuerda de la Orquesta Nacional de España interpretaron el himno nacional, además de fragmentos de La pasión según San Mateo, de Bach; del Réquiem, de Mozart; y el Aleluya, de Händel. Bajo la carpa no se vieron casi militares uniformados. Éstos se colocaron en la parte trasera, al aire libre.

La mayoría de los parientes mostró, como en el recibimiento de los cadáveres y en los velatorios, una llamativa entereza, aunque hubo algunos llantos contenidos. A don Juan Carlos y a doña Sofía se les llegaron a humedecer los ojos.

Entre los asistentes estuvo el padre de José Antonio Bernal, agente del CNI asesinado ante su casa de Bagdad en octubre pasado. También acudieron los vicepresidentes, Rodrigo Rato y Javier Arenas; los ministros de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, y de Exteriores, Ana Palacio, varios presidentes autonómicos del PP y del PSOE, y los portavoces de todos los grupos parlamentarios, salvo el del Grupo Vasco y los del Grupo mixto. El portavoz del primero, Iñaki Anasagasti, y fuentes del Grupo Mixto aseguraron a Europa Press que no habían sido invitados. Defensa lo desmintió. Un portavoz del ministerio aseguró: "Han sido invitados todos los grupos de las dos Cámaras". Y añadió que la invitación se hizo el lunes por teléfono.

Los féretros fueron llevados a la sede del CNI desde el Hospital Central de la Defensa, donde los cadáveres fueron velados desde la tarde de anteayer. Concluido el funeral, los restos fueron trasladados a los lugares donde sus familias han decidido enterrarlos.