Los pescadores certifican que el río Besòs ha recuperado la vida
El Besòs, el mismo río que fue calificado hace unos años de "cloaca al aire libre" por un juez, vuelve a albergar vida en su interior y en sus orillas. Hace apenas unos años, el cauce del Besòs era un magma infecto y purulento. Los habitantes de Montcada vivían los veranos como un suplicio porque desde el lecho del río sólo llegaban hedores nauseabundos. Luego, empezaron los trabajos para depurar las aguas, para perseguir a las empresas que lo utilizaban como vertedero. Se plantó carrizo, cuyas raíces limpian el agua y metabolizan la porquería aportada por la mano del hombre. Se limpiaron los márgenes y se inició la sustitución de las torres eléctricas que destrozaban cualquier intento de mirada. Ahora han llegado los peces y los pescadores: la vida en suma.

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