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INICIATIVA | Inoxfrost

El cubito de hielo eterno

La empresa gana un certamen con unas esferas de acero inoxidable

Ginés Donaire

La empresa de Jaén Inoxfrost acaba de ganar el certamen nacional de Eurowards en la categoría Idea de Negocio por su revolucionario producto de cubitos de acero inoxidable, un cubito eterno del que ya fabrican 15.000 bolas al mes. Los protagonistas de esta idea comercial son cuatro empresarios de Jaén, con experiencias anteriores en los grupos Kipen y Gea, que han fusionado sus esfuerzos en torno a un proyecto comercial que ha traspasado las fronteras nacionales y ya exporta a países como Alemania o Argentina y tiene avanzados negocios en otros muchos.

Inoxfrost es un proyecto empresarial dedicado a la fabricación y comercialización de esferas de acero inoxidable idóneas para refrigerar y calentar, con múltiples aplicaciones en el campo de la industria alimentaria e higiénico-sanitaria, que introduce la novedad de tener una duración ilimitada y eliminar los riesgos para la salud derivados de las posibles infecciones microbianas que supone la fabricación de hielo con agua. Desde su lanzamiento comercial, hace tan sólo 10 meses, la firma jiennense ha logrado el reconocimiento en los foros empresariales de ámbito nacional más importantes y ha establecido contactos comerciales con empresas de 18 países.

Jesús Alcántara, Sergio Blanca, Rosendo Vallés y el británico Mattew W. R. Trey son los promotores de este revolucionario producto comercial. Sergio Blanca, el responsable del área de exportación, asegura que el éxito de este nuevo invento, patentado en Cataluña por Vallés pero cuya elaboración se ultima en la fábrica que Inoxfrost tiene en Alcaudete (Jaén), radica en enfriar directamente en vaso cualquier tipo de bebida sin alterar su sabor.

Además de los usos alimentarios, sus responsables creen que también es adecuada para el campo sanitario, en especial para el transporte de órganos debido a su capacidad de enfriamiento aislado. Otras aplicaciones pueden ser para calmar dolores, envueltos en un paño -no gotean- o para ir a comprar pescado o marisco a la plaza. Pero es que, además, las bolas de acero inoxidable también pueden utilizarse a la inversa, es decir, para calentar, pues son tan buenos acumuladores de calor como de frío.

A partir de la idea de un físico rumano, Sorin Pomareanu, Rosendo Vallés desarrolló estas bolas refrigerantes de acero inoxidable con múltiples caras hexagonales, formadas por dos semiesferas unidas. Los cubitos de Inoxfrost, según destacan sus promotores, enfrían las bebidas un 15% más que los cubitos tradicionales, además de prolongar la temperatura máxima de enfriamiento durante un largo periodo de tiempo. "Eso es debido a que el hielo, al flotar, está en contacto con el aire más caliente, por lo que pierde parte de su potencia refrigerante", explica Sergio Blanca, que añade que las estimaciones de la empresa a tres años vista arrojan una rentabilidad para el producto del 250%.

Para una correcta utilización del producto, los gestores de Inoxfrost recomiendan que se mantengan al menos 90 minutos las bolas de acero en el congelador. A continuación se introducirán en el vaso o copa y se añadirá la bebida elegida. Para los vinos tintos y blancos, se recomiendan una o dos bolas; para aguas, zumos, batidos, de cuatro a seis; la misma cantidad para combinados y whisky; y de tres a cinco bolas en las cervezas.

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La inversión inicial realizada por estos empresarios jiennenses supera los 225.000 euros. Su previsión de facturación a finales de este año se aproxima al medio millón de euros, con una producción anual de 165.000 bolas de acero inoxidable. De momento, sólo genera empleo para cinco personas, aunque las previsiones apuntan a que durante los tres próximos años la plantilla crecerá hasta los 30 empleados. La comercialización se hace al precio de seis euros cada bola de acero inoxidable.

Si Jesús Alcántara y Rosendo Vallés han sido los artífices de la idea de Inoxfrost a través del grupo Kipen, la firma encargada de abrir los mercados comerciales es Gea. Sergio Blanca, su joven gerente, asegura que el producto ya se está introduciendo en vinotecas, tiendas de regalo de lujo y alta restauración de todo el país. En Alemania ha tenido gran repercusión en Acerinox Deuchstland. También hay contactos muy avanzados con la multinacional británica Norfrost LTD, el grupo sueco Ikea o la empresa argentina Marttino Grossutti y en los aceros industriales.

"Vías de negocio"

"Se nos muestran vías de negocio muy interesantes, pero observamos la necesidad de invertir más en información de las características, aplicaciones y posología del producto", asegura Sergio Blanca. De momento, la empresa ha recibido un importante espaldarazo con el premio nacional Eurowards, gracias al respaldo que ha tenido de la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ).

A finales de noviembre, la firma jiennense competirá con empresas de otros 25 países por el primer premio europeo, dotado con 50.000 euros. Eurowards es desde hace 11 años la referencia para la promoción del espíritu emprendedor en Europa. Además del premio en la categoría de idea de negocio, otra empresa jiennense, Lácteos Caprino, de Campillo de Arenas, ha recibido una mención de honor en el certamen nacional en la categoría empresas en expansión.

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