Fox llega a la mitad de su mandato en medio de grandes protestas
La ausencia de acuerdo con el opositor PRI frena las reformas del presidente mexicano
El presidente de México, Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), llega a la mitad de su mandato de seis años en medio de una creciente ola de protestas que se extiende desde el campo hasta las cúpulas empresariales. Su buena estrella se apaga, según las encuestas. E incluso una severa crisis que amenaza con convertirse en fractura en el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), mayoritario en el Congreso, ensombrece el horizonte del jefe del Estado.
Una protesta contra la reforma del sector eléctrico convocada por sindicalistas, campesinos, políticos y estudiantes reunió a unos 100.000 mexicanos que repudian las políticas económica, fiscal y social de Fox, que el lunes cumple tres años en el poder sin haber cumplido con sus principales promesas: crecimiento del 5% y mejores salarios. Lo mismo que incumplió el PRI en sus 70 años en el Gobierno. Mientras en las calles de la Ciudad de México la llamada megamarcha unía el jueves por la tarde a izquierdistas con priístas, campesinos y electricistas con maestros disidentes -que al final amenazaron con una huelga nacional para enfrentarse a una eventual aprobación de las reformas auspiciadas por el presidente-, Fox se reunió con su partido, el conservador PAN, en una adelantadísima cena navideña. El mandatario convocó a la unidad.
El Ejecutivo de Fox ha fracasado, como sucedió en los sexenios de Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari, a la hora de modificar los apartados de la Constitución que se refieren al control absoluto del Estado sobre el sector de la energía. Fox necesita los votos del PAN y de parte de la oposición del PRI para sacar adelante sus proyectos de reforma en materia fiscal, laboral y energética. El centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), tercero en la escena nacional, rechaza todo cambio en busca de respaldo social.
Pero el principal apoyo de Fox en el PRI, la coordinadora del grupo de este partido en la Cámara de Diputados, Elba Esther Gordillo, afronta una gravísima rebelión interna que muy probablemente la dejará fuera del liderazgo del partido en el Congreso. 120 de los 222 diputados priístas han reclamado abiertamente su destitución a los órganos del partido. Sólo 40 la han respaldado. Gordillo es un peso pesado del corporativismo priísta, ya que controla al poderoso sindicato de los maestros, que cuenta con casi un millón de afiliados que siempre votaron al PRI. "La maestra", como la llaman, llegó al poder sindical de la mano del ex presidente Salinas, cuya mano se aprecia en un plan de reforma fiscal que, según el diario El Independiente, fue creado en reuniones del ex mandatario con diputados priístas.
"México espera que obedezcamos su mandato, que respondamos a la confianza que nos ha dado con los votos de la ciudadanía. Ésta es nuestra oportunidad histórica, por la que Acción Nacional ha luchado más de 60 años", dijo Fox, quien lucía más como líder partidista que como estadista.
El presidente que expulsó al PRI del poder con un enorme respaldo popular ha desaprovechado parte de su capital político. La encuestadora Parametría indicó que un 55% de los mexicanos aprueba la gestión de Fox, es decir, que el mandatario sigue siendo popular. Pero un 51% cree que ha hecho menos de lo que se esperaba de él. Además, menos del 50% respalda su forma de gobernar. Fox necesita de la oposición en el Congreso para hacer una alianza con los legisladores, sobre todo ahora que el Consejo Coordinador Empresarial, la más poderosa patronal, ha acusado al Ejecutivo y al Legislativo de la parálisis de la economía.
Analistas críticos aseguran que ni Fox ni Cuauhtémoc Cárdenas, ex candidato presidencial por el PRD, "tuvieron la capacidad ni la altura de miras para pactar los acuerdos que permitieran desmontar el poder del PRI".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.