Uno de cada cinco jubilados del Raval vive realquilado por la carestía de los alquileres
Más de la mitad de quienes acuden a Cáritas carecen de vivienda
Las entidades sociales y ONG que trabajan con la infancia y la adolescencia en el barrio del Raval de Barcelona observan con preocupación cómo la subida de los alquileres empuja a familias enteras a vivir realquiladas en una habitación. El 18,5% de los mayores de 65 años encuestados por estas entidades afirman vivir en esas condiciones. En el Raval y en el Poble Sec llegan a vivir hasta cinco familias en un piso, una por habitación, porque sólo así, aplicando una especie de economía de escala, les alcanza para pagar el alquiler. Es una situación que recuerda la de la posguerra y que no se producía desde hace muchos años.
Una trabajadora social que desarrolla su actividad en esta zona deprimida de Barcelona explica que en el último año, de todas las personas que ha atendido, muy pocas disponían de un piso completo para ella y su familia, sino que vivían realquilados en un dormitorio por el que pagaban hasta 300 euros mensuales.
Para Carme Trilla, economista experta en temas de vivienda, no hay duda de que a partir de 1997, época en que se desencadena una subida de precios de la vivienda que todavía no ha parado, el proceso de inflación de este mercado hace que cada vez un mayor número de personas desemboque "en la exclusión sin ninguna posibilidad de acceder a un domicilio".
Hace unos años el piso de alquiler era una alternativa para quienes no disponían de recursos para comprar una vivienda. Pero ahora, sostiene Trilla, este recurso ya no es posible para muchos, porque "también el alquiler está sometido al proceso inflacionista". Según afirma la experta, la brecha que separa a las personas que siguen en el mercado de la vivienda y a las que no pueden acceder a él cada vez es mas profunda. Los mismos autores del informe observan un doble problema: a la ínfima oferta de vivienda social de alquiler se añade la falta de coordinación entre las administraciones y las entidades que operan en este campo.
Fátima y sus dos hijos, de 14 y 17 años, son un paradigma de esta situación. Son inmigrantes y llegaron al barrio barcelonés del Raval hace 10 años. Tienen los papeles en regla y vivían en un piso de alquiler situado en la calle de la Riereta. Su vida dio un vuelco el día en que una constructora compró el inmueble. La alternativa que le ofrecieron para desalojarlos de su piso era una infravivienda por la que le pedían un alquiler desorbitado. Durante el año en que permanecieron en el piso que se negaban a desocupar convivieron con las ratas. Les desahuciaron y Fátima se quedó en la calle con sus hijos: uno de ellos enfermo, ya que tiene espina bífida y precisa cuidados especiales. Cáritas le proporcionó un piso y le pagó los tres meses de alquiler hasta que el Patronato Municipal de la Vivienda le facilitó otro, en el que ahora residen.
Indefensión de los 'sin techo'
La familia de Fátima no es un caso aislado. En Barcelona y su área metropolitana cada día son más las familias en riesgo de exclusión social por carecer de vivienda. Cáritas Diocesana dio ayer la voz de alarma en la presentación de un documento titulado Vivienda: ¿lujo o necesidad? No faltan datos elocuentes: por ejemplo, que el 57% de las personas que acuden a la entidad católica de asistencia social carecen de hogar.
La indefensión de quienes carecen de techo es aprovechada por algunos desaprensivos, según se desprende de las conclusiones del estudio, elaborado por 11 entidades de reconocido prestigio en la asistencia social del Raval, como la Fundació Escó, el Casal d'Infants del Raval y el Centre Obert Joan Salvador Gavina, entre otras. El trabajo identifica a estos desaprensivos como "los padrinos". Se refiere con esta denominación a hombres, generalmente autóctonos, que prestan dinero o avalan a mujeres solas con hijos para que puedan alquilar una vivienda a cambio de "contraprestaciones que desconocemos", se dice en el texto. Algunas trabajadoras sociales albergan dudas fundadas acerca de la naturaleza de tales "ayudas" .La muestra del trabajo del Raval se ha basado en 691 familias y los datos analizados corresponden al periodo comprendido entre septiembre de 2001 y junio de 2002.
El secretario general de Cáritas, Joaquim Sabater, presentó ayer la campaña que promueven con motivo de la Navidad, que comienza hoy con un concierto en la basílica de Santa Maria del Mar. Este año la campaña se centra en la falta de vivienda social, "asociada a otros muchos problemas que afectan a la dignidad humana", apostilló Sabater.
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