Aparcar en Sevilla
Vuelvo del trabajo. Intento dejar mi coche en el garaje pero me lo impide otro de un maleducado (llamémosle así) que tapa la mitad de la puerta. Doy varias vueltas a la manzana y toco el claxon insistentemente para llamar la atención del dueño. Nada, no hay respuesta. Aburrida, aparco donde mejor puedo. Llamo a varios números y, al fin, contacto con la Policía. Expongo el caso y me indican que no pueden mandar una grúa porque están muy atareados en el Polígono Sur. Me resigno, vuelvo a casa y mi coche se queda aparcado en la calle donde, quizá arda, lo arañen o sufra cualquier vandalismo.
Por favor, señores del Ayuntamiento y de la Junta, no realicen una segunda modernización y hagan cumplir las leyes y las ordenanzas municipales. La vida urbana y el tráfico están dominados por la ley de la selva que es el sitio propicio para que crezcan los demagogos y los futuros votantes de la ultraderecha.
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