Una calle caótica
Hace ya un tiempo que un amplio número de vecinos de una calle de Aguadulce presentamos un escrito al alcalde del Ayuntamiento de Roquetas de Mar en el que dábamos cuenta del caos circulatorio que vivimos día a día, provocado por la doble circulación de vehículos en la calle en la que vivimos, dada su estrechez. Manifestábamos que la circulación de doble sentido, agravada por restaurantes y pastelerías en su inmediación, crea problemas, disgustos y algún que otro accidente de tráfico.
Resulta sorprendente que una medida tan sencilla como la que solicitamos (instalación de unos paneles de dirección única) y que ya ha sido adoptada en varias calles paralelas y próximas, no merezca ni siquiera la mas mínima respuesta, y ya han pasado más de dos meses, ni del alcalde de Roquetas de Mar, ni de nadie de su delegación de ese no menos "excelentísimo e ilustrísimo" Ayuntamiento.
La falta de respuesta no es sólo una falta administrativa (Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas) sino una falta de respeto a las normas más elementales de convivencia ciudadana y de educación, en definitiva, lo que es, sin duda alguna, más grave.
Y resulta doblemente sorprendente de nuestro amable y muy querido alcalde, persona que no se cansa de repetir cada vez que tiene ocasión que su mayor interés es conseguir la mayor cota de bienestar para sus convecinos, cosa que de verdad y sinceramente creo, como también que desenfoca el interés de sus también queridos convecinos: A muchos de ellos nos deja completamente fríos sus concepciones urbanísticas de rotondas, parterres y plazas de toros, y, en cambio, nos resuelve los problemas cotidianos que nos pongan unas plaquitas de dirección única en nuestra calle, mire usted por donde.
Pero que nada, ni caso y, como siempre, las grandes palabras se las lleva el viento de las buenas intenciones y ¡la casa sin barrer!- Antonio Martín Serrano. Roquetas de Mar (Almería).
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