"Hay que despejar la duda de los consejeros"
El ex secretario general de EA, Gorka Knörr, se colocó del lado de los críticos en el congreso y pide ahora que se aclare cuanto antes la situación de los consejeros en el Gobierno.
Pregunta. ¿Cuándo y cómo se fragua la ruptura entre usted y la presidenta?
Respuesta. Sería largo, pero la razón última es el intento de propiciar un consenso muy amplio, conforme expresó la ejecutiva este verano, no sólo para lo ponencia sino también para la composición plural de la ejecutiva. Los datos hablan solos. El apoyo a la ponencia está al menos 28 puntos por encima del respaldo a la ejecutiva, y eso es lo que pretendía evitar. En la última semana, por un lado, yo pongo condiciones para seguir y, por otro, sigo trabajando en aras del consenso. Llega un momento en que es posible y doy mi nombre para que, conjuntamente con los presidentes de Guipúzcoa y Vizcaya, hagamos un contacto con la presidenta del partido. Ahí quedo totalmente descartado de la lista oficial para la ejecutiv.
P. ¿Había hecho saber a Errazti sus posiciones antes?
R. Mis reparos se lo manifesté en privado, y el miércoles de la semana pasada lo hice en público, ratificando unas declaraciones de Sabin Intxaurraga. ¿Por qué lo hago? Porque los partidos no son sectas, sino que tienen votantes en la calle que tienen derecho a saber.
P. ¿Entendería que le relevaran como vicepresidente del Parlamento en su delicada situación?
R. Quizá es el momento más inoportuno, porque a la dolorosa situación personal y política interna se le ha añadido la externa de estar querellado y llamado a declarar. Pero yo no mando en el partido, soy un afiliado, y punto.
P. La dirección no ha aclarado el futuro de los dos consejeros críticos.
R. Por el bien de los interesados y por la estabilidad política e institucional, creo que esa duda hay que despejarla cuanto antes, máxime cuando nuestra consejera debe abordar una doble moción de censura el día 28, y está pasando un momento político complicado.
P. ¿A qué atribuye que no se les ratifique rápidamente como en el ocurrió en 1999?
R. Entonces se confió en las personas más allá de la discrepancia. Yo no puedo decidir, pero si pudiera, haría lo mismo que hicimos entonces en Iruña: propiciar un clima de entendimiento y de cerrar heridas.
P. ¿Tiene lógica que una ejecutiva con menos apoyos que aquella actúe ahora en sentido contrario?
R. Si yo estuviera en la ejecutiva y tuviera que tomar una decisión, respetaría los cargos institucionales.
P. ¿Siente que ha quedado en cuestión su credibilidad ?
R. Es el precio que hay que pagar cuando la opinión pública no puede manejar todos los datos. Pero lo importante es quedarse tranquilo con la propia conciencia, incluso por encima de apetencias o cargos.
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