Machismo crónico
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebra hoy por iniciativa de la ONU, intenta concienciar a la sociedad contra una lacra que en lo que va de año se ha cobrado en España la vida de 64 mujeres, según el Observatorio contra la Violencia Doméstica, creado en septiembre de 2002. Otras fuentes elevan el número de asesinatos de género a más de 80, pero, aunque sean cifras espeluznantes, ninguna de ellas es capaz de reflejar la magnitud del drama cotidiano de miles de mujeres que viven en silencio la humillación y el maltrato cotidiano de puertas adentro del hogar. El Día Internacional es una ocasión para dar a conocer esa realidad y exigir a los poderes públicos medidas para combatirla.
Contra la idea que atribuye a los maltratadores unas características sociales y psicológicas arquetípicas, los expertos señalan que los hay en todas las clases sociales y ambientes, y que el único rasgo común es el deseo de dominación de la mujer. De ahí que siete de cada diez víctimas estuvieran separadas o en trámite de separación: una situación no admitida por ex maridos o ex novios, que consideran un desafío a su masculinidad cualquier actitud que no sea de sumisión. Es especialmente significativa la ausencia de sentimientos de culpabilidad entre ellos.
Las cifras parecen indicar la insuficiencia de las medidas adoptadas hasta el momento, aunque la más importante, la orden judicial de protección inmediata e integral a las mujeres maltradas, sólo está en vigor desde el pasado verano. Pero ya ha sido aplicada a unas 3.200 mujeres, el 75% de las que solicitaron acogerse a ellas en los últimos tres meses. Las asociaciones de defensa de las mujeres denuncian insuficiencia de recursos económicos (la orden prevé conceder una renta de 300 euros durante diez meses a las mujeres que se acojan a ella en situación de dependencia económica) y falta de coordinación entre las distintas instancias que intervienen en su cumplimiento: judicial, policial y asistencial, fundamentalmente.
Junto a las medidas que mejoren la eficacia preventiva de la ley son imprescindibles las destinadas a favorecer, desde la educación y los medios de comunicación, el rechazo social a las actitudes que tienden a perpetuar, a veces bajo el manto de la modernidad, el machismo todavía imperante dentro y fuera de la familia. Y el día de hoy es una buena ocasión para reiterarlo.
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