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Reportaje:

Al Qaeda, todavía un misterio

Guillermo Altares

Dos años después de que Osama Bin Laden escapase al cerco estadounidense en las montañas de Tora Bora, en el este de Afganistán, la vez que EE UU ha estado más cerca de capturar al responsable de los atentados del 11-S, la gran pregunta sigue sin respuesta: ¿Qué es exactamente Al Qaeda? El periodista británico Jason Burke comienza su reciente libro Al Qaeda: casting a shadow of terror (Al Qaeda: dibujando una sombra de terror) con una inquietante frase: "La buena noticia es que Al Qaeda no existe. La mala es que la amenaza a la que se enfrenta ahora el mundo es mucho más peligrosa que la que representaría cualquier líder terrorista con un ejército, incluso grande, de seguidores leales. La amenaza a la que nos enfrentamos es diferente, compleja y diversa, dinámica y proteica, y muy difícil de caracterizar".

Lo que más inquieta a los servicios de seguridad sobre Al Qaeda es que llegue a capturar un Estado. Los dos casos más preocupantes son Pakistán y Arabia Saudí
En los setenta, Irán era uno de los aliados más firmes de EE UU en Oriente Próximo; pero se produjo una enorme movilización de medios islamistas que acabó con una revolución

Magnus Ranstorp, profesor de la Universidad escocesa de Saint Andrews y subdirector del Centro para el Estudio de la Violencia Política y el Terrorismo, intenta explicar esta paradoja que desconcierta no sólo a los expertos en terrorismo, sino, y esto más importante, a los servicios de seguridad occidentales. "Al Qaeda es más una ideología que una organización. Tiene diferentes niveles: está la cabeza, el cuerpo, que son los diferentes grupos que apoyan a la organización desde el Magreb hasta el sur de Asia, pero no todos han pasado por Afganistán o son tenidos en cuenta por el liderazgo. El tercer nivel son los que tenemos en Occidente, que en muchos casos son musulmanes de segunda o tercera generación relacionados con los ambientes radicales de algunas mezquitas, desde donde son manipulados", explica este profesor sueco de 39 años, que visitó la semana pasada Madrid invitado por la Fundación Ortega y Gasset para asistir a su Seminario Permanente de Estudios sobre el Terrorismo.

Desde el 11 de septiembre de 2001 han sido atribuidos a Al Qaeda, o reivindicados por la organización, atentados en medio mundo, desde Indonesia hasta Túnez, Arabia Saudí o, los sangrientos de la semana pasada, en Turquía. La autenticidad de la reivindicación de los ataques de Estambul no ha podido ser establecida; pero los expertos creen que, en realidad, poco importa porque, como dijo a la agencia France Presse, Munzer Suleimán: "No hay ninguna autoridad central en Al Qaeda". En otras palabras, la reivindicación de la organización de Osama Bin Laden será auténtica aunque el terrorista de origen saudí no tenga absolutamente nada que ver con ella.

Paraguas terrorista

Ya en diciembre de 2001, en una comparencia ante el Senado estadounidense en Washington, J. T. Caruso, director adjunto de la sección de contraterrorismo del FBI, explicaba a los congresistas: "Aunque Al Qaeda actúa independientemente de otras organizaciones terroristas, también funciona a través de organizaciones que operan bajo su paraguas o su apoyo". Sin contar con las células que pueden estar implantadas en Occidente, Caruso citó una lista de países donde hay organizaciones que pertenecen a la nebulosa de Al Qaeda: Afganistán, Albania, Argelia, Arabia Saudí, Azerbaiyán, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Egipto, Eritrea, Filipinas, India, Líbano, Pakistán, Sudán, Somalia, Tayikistán, Túnez, Yemen y Yibuti.

Ranstorp, autor de libros como Hamás y la Yihad Islámica y coeditor de la obra El rostro cambiante del terrorismo, cree que todos esos grupos que se han sumado a Al Qaeda "comparten una ideología, el salafismo (interpretación muy rigurosa del islam), y unos objetivos". "Una pregunta que se hace mucha gente es ¿cuál es el objetivo de Al Qaeda? Creo que es acabar con los regímenes que llaman ateos, y es una lucha que han llevado a cabo en Egipto y en otros lugares desde hace años. Es una coalición multilateral, que ha atacado a Estados Unidos de forma muy dura para intentar movilizar a los musulmanes a que se levanten contra sus regímenes. Hay dos cosas que inquietan especialmente a los servicios de seguridad sobre Al Qaeda. Una es que lleguen a capturar un Estado. Los dos casos más preocupantes son Pakistán, donde hay muchos elementos de Al Qaeda, y Arabia Saudí, donde se ha producido una ofensiva directa desde mayo. ¿Producirá esto un cambio de régimen? No lo sabemos; pero Al Qaeda es un movimiento islámico y piensa a muy largo plazo", dijo.

Las condiciones necesarias

"La demografía y la confrontación son factores con los que juega para crear las condiciones necesarias. La segunda cosa por la que están preocupados en los servicios de seguridad occidentales es la posibilidad de que se produzca un atentado con armas no convencionales en una capital occidental. Ustedes pueden sentir que tienen suerte, porque las dos ciudades que se cree que están más en peligro son Londres y París. Sin embargo, España ha tenido un papel crucial en la lucha contra el terrorismo, lo que le coloca también en un lugar peligroso", agregó.

Preguntado sobre la posibilidad de que llegue a producirse un golpe de Estado en Arabia Saudí, donde se han producido duros enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y Al Qaeda en los últimos meses, que lleve al poder a simpatizantes de esta organización, Ranstorp responde: "No quiero decir que Bin Laden o Al Zawahiri (médico egipcio y número dos de Al Qaeda) puedan llegar al poder en Riad. En los años setenta Irán era uno de los aliados más firmes de Estados Unidos en Oriente Próximo; pero se produjo una enorme movilización de medios islamistas que acabó con una revolución. Y ahora la globalización actúa a favor de Al Qaeda, que puede orquestar movimientos muy diferentes a través de Internet. ¿Significa esto que podemos encontrarnos con que el Gobierno de Arabia Saudí sea depuesto? Es un país muy complejo. Es una nación donde sigue funcionando una estructura tribal, como en Irak, pero de una forma mucho más profunda. La inestabilidad puede producir varios escenarios y uno de ellos es que uno de los príncipes wahabíes más radicales se haga con el control de las fuerzas de seguridad".

Un ciudadano turco herido es evacuado tras las explosiones del jueves pasado en el consulado británico de Estambul.
Un ciudadano turco herido es evacuado tras las explosiones del jueves pasado en el consulado británico de Estambul.REUTERS

¿Quién combate a EE UU en Irak?

LOS SERVICIOS DE SEGURIDAD estadounidenses están seguros de que Irak está convirtiéndose en un imán para yihadistas de todo Oriente Próximo y algunos analistas creen que comienza a reproducirse la situación de Afganistán durante la ocupación soviética de los ochenta, el contexto en el que nació Al Qaeda. Entonces, muyahidin de todo el mundo islámico acudían para combatir a la URSS. En Irak puede estar ocurriendo lo mismo. "Sin ninguna duda, hay un elemento exterior en Irak que se enfrenta a las fuerzas de la coalición. Incluso se puede hablar de alguna asistencia financiera exterior, aunque todavía en una escala muy pequeña, aunque no hay pruebas, sólo sospechas", afirman.

Uno de los elementos que apoyan la certidumbre de que existe una presencia extranjera en Irak son los ataques suicidas, porque el régimen de Sadam Husein tiene sus raíces en un partido laico, el Baaz, y el terrorismo suicida en el islam siempre ha estado ligado a la religión. Ranstorp, que ha estudiado este fenómeno y que es uno de los mejores expertos mundiales en Hamás, señala: "La mayoría de los ataques no son suicidas, sino enfrentamientos con las tropas extranjeras. Hay una mezcla de elementos diferentes, desde iraquíes que venden armas o información hasta diferentes categorías envueltas en la lucha. Hay operaciones más complejas, en las que participan elementos extranjeros mezclados con elementos interiores. Los extranjeros vienen de lugares muy diferentes. Han sido capturados sirios, conozco personalmente a palestinos que han intentado sumarse a esta lucha, también hay gente de Afganistán y Pakistán que ha llegado a través de Irán, también de Asia central. Es difícil estimar cuántos son y cuál es su fuerza".

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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