_
_
_
_
FONDO DE OJO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

ASIMELEC

La Asociación Multisectorial de Empresas de Electrónica y Comunicaciones ha comunicado -claro- que los precios de venta de los CD y los DVD vírgenes incluirán un canon que compensará a los artistas pertenecientes a algunas asociaciones de las que agrupa (AIE, AISGE, SGAE, EGEDA, DAMA Y CEDRO, nada menos), por las posibles copias de sus obras por parte de los particulares o empresarios, y que se utilizan, presuntamente, para poder disfrutar de las creaciones sin el pago correspondiente a la agrupación que los defiende.

Ante el pacto entre fabricantes y representantes de los autores, se han presentado impugnaciones por parte de algunos profesionales que se consideran afectados por la medida, impugnación que ha sido apoyada recientemente por el Consejo General de la Abogacía Española (CGAE). Al margen de que resulta extraño que puedan tener intereses tan contrapuestos aquellos que ostentan siglas tan similares y corporativistas, CGAE contra SGAE, asombra que el motivo o justificación inicial de la impugnación haya sido el incremento en los costes de la justicia por mor de la subida del precio del disco en que ahora se graban los juicios orales en las vistas civiles. Es razonable que cada cual defienda sus derechos pero, a la vista de los bienes a los que se aplica el canon, parece que la medida estaba más destinada a los top manta y alternativos que a crear inflación en los costes estatales.

Pero lo paradójico es que, con el dichoso canon, parece darse vía libre a la copia, puesto que el impuesto para el autor ya está satisfecho y, a la vista de las siglas que al principio se relacionaban, con la aquiescencia de todos los autores que existen, existieron o están por venir. Sin embargo no parece que se considere la parte esencial del problema: los autores se curan en salud presumiendo que todos los CD vírgenes van a verse hollados por sus impagables composiciones, por lo que es necesario pagar y luego investigar.

Les sucede lo mismo que a un famoso cirujano, que presumiendo la existencia de un cáncer en uno de los enfermos que atendía, decidió operarlo -cobrando,claro- para lograr su extirpación. Abierto el paciente por do se presumía el daño, se constató la inexistencia del mismo, hecho ante el que el médico dijo -alborozado y exultante- dirigiéndose a los familiares que esperaban expectantes el resultado de la intervención: debemos darnos la enhorabuena, nos hemos adelantado al tumor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_