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Felipe Juaristi escribe una historia de músicos con parada en Auschwitz

El escritor presentó ayer la novela 'Airezko Emakumeak'

Maribel Marín Yarza

El escritor Felipe Juaristi (Azkoitia, 1957) conoció por azar la biografía de Alma Roses, sobrina del compositor Gustav Mahler y virtuosa violinista que acabó dirigiendo una orquesta de mujeres en el campo de exterminio de Auschwitz. Le fascinó y la utilizó como punto de partida de Airezko Emakumeak, una personal visión de la historia de la música y de sus espíritus libres, con parada en la Inquisición, la Revolución Francesa y en el horror nazi. "La música es el reino de la libertad", dijo ayer.

Juaristi comenzó a escribir Airezko Emakumeak (Mujeres de aire), editada por Erein, hace cinco años. Pero de aquel primer borrador apenas queda un folio en la novela. No es una superviviente de Auschwitz la narradora de la historia, como planteó en un principio. "El libro se hizo dueño de sí mismo y abrió su propio camino", explicó el escritor. Y así acabó convirtiendo al filósofo Spinoza en el punto de encuentro de tres historias sobre personas que ansían su libertad en distintas épocas: un músico judío ambulante y dos cuartetos de mujeres.

¿Cuánto hay de realidad en Airezko emakumeak? "No me interesaba hacer ni un ensayo ni una tesis. Esta es una novela de ficción, lo que pasa es que toda ficción está basada en realidades", reconoció Juaristi. "Y estoy convencido de que todo lo que cuento pasó; con otros personajes y quizá de otra manera, pero ocurrió".

El libro sí recoge a grandes rasgos, aunque con otro nombre, la historia de Alma Roses, que cautivó con su violín a Joseph Mengele, el audaz científico que puso su saber al servicio de la barbarie en Auschwitz. Y recoge los ecos de la música de su orquesta, que guiaba a los prisioneros de camino a los trabajos forzados. Pero lo demás es literatura: es una excusa para reflexionar sobre el fracaso de la ilustración; sobre la debilidad humana en la defensa de valores fundamentales; sobre la fragilidad de la memoria; sobre la identidad e incluso sobre cultura y la música. "Dicen que la cultura nos hará libres. La cultura sí, pero con humanismo", afirmó el escritor.

Juaristi, poeta y autor de destacadas obras de literatura infantil y juvenil, ha tenido que desarrollar una importante tarea de documentación para escribir Airezko emakumeak, con la que quiere recordar, dice, a "quienes han sido acosados, perseguidos, torturados, encarcelados y asesinados a través de los siglos". "Los perseguidos son siempre los mismos. Cambia su cara, su religión, su raza, su ideología. Y puede suceder que quien hoy es víctima mañana se convierta en verdugo. Esa es una lección que nos ha enseñado bien la historia", manifestó.

Este tributo le ha costado sudor y lágrimas. Durante tres años le ha dedicado horas a diario -"luego dirán que los libros están caros", ironizó- y ha llegado a "odiarlo". "Es el libro que más he trabajado hasta ahora", aseguró, "y ahora que lo he visto pienso también que es el mejor que he escrito".

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