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Las pequeñas empresas temen quedar rezagadas

Las Pequeñas y Medianas Empresas de Latinoamérica (PYMES) temen que el ALCA las pueda convertir en una especie en vías de extinción. El presidente de la asociación de PYMES del continente, Juan Alfredo Pinto Saavedra, cree que les han olvidado a pesar de que son el motor de la economía. "El ALCA terminará concentrando aún más la riqueza en el continente. Queremos que no sea un acuerdo para integrar sólo a las grandes corporaciones sino a todas las empresas, y en América el 95% son PYMES".

Pinto Saavedra está desesperanzado porque los negociadores del acuerdo comercial han incumplido el compromiso al que llegaron en la reunión de Quito de crear una comisión para evaluar el impacto del ALCA en las pequeñas y medianas empresas.

Según él, a las PYMES les resultará imposible competir con las grandes corporaciones a menos que se articulen mecanismos de compensación. Cita por ejemplo el efecto devastador que puede tener las protección de patentes sobre las industrias locales farmaceúticas. "Si las grandes corporaciones logran que se prohíban los derechos a segundas patentes, las empresas con capital nacional desaparecerían y el precio de los medicamentos subiría".

ONG, sindicatos, y asociaciones de toda América Latina han criticado también esta semana insistentemente al ALCA. Para estos grupos, el acuerdo permitirá que sus mercados se inunden de productos estadounidenses, en detrimento de la ya diezmada producción latinoamericana. También critican que después del fracaso de Cancún, el pasado septiembre, EE UU y Canadá se nieguen de nuevo a reducir sus subsidios agrícolas que, argumentan, hacen imposibles competir a la producción de los países que no pueden subvencionar a sus agricultores.

La propiedad intelectual -que finalmente ha quedado fuera del acuerdo de mínimos- es otra de las cuestiones que más preocupa a estos grupos, que consideran que se trata de un atentado contra la salud pública (en el caso de los medicamentos) y contra el medio ambiente y la seguridad alimentaria (en el caso de las semillas).

La oposición al ALCA ha dado lugar además, a extraños compañeros de viaje como la izquierda más radical y la derecha más conservadora de EE UU. A ambos les preocupa que una mayor liberación del comercio desplace los puestos de trabajo a países latinoamericanos donde los costes laborales son más bajos.

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