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Reportaje:

La máquina luminosa

Un técnico superior jubilado aplica en El Puerto un novedoso sistema de captación de imágenes en condiciones de oscuridad

Promete ser uno de los mayores avances en sistemas de captación de imágenes, y quienes ya lo han empleado aseguran que se trata de una máquina prodigiosa que puede impulsar un salto en el conocimiento de muchos campos fundamentales, entre ellos la cirugía, el tráfico aéreo o el estudio de la astronomía.

Manuel Caballero es su inventor. Es un técnico electrónico superior jubilado de Telefónica, vecino de El Puerto de Santa María (Cádiz), que ha presentado un revolucionario sistema para "ver sin luz". Funciona como una cámara capaz de enviar a un monitor exterior imágenes en espacios que están oscuros en apariencia. Hasta ahora, los sensores más avanzados, los de infrarrojo, precisaban un mínimo de 0,01 luz para poder trabajar y entregaban imágenes monocromas, usualmente en color verde.

El nuevo modelo trabaja, según explica Caballero, en condiciones de práctica oscuridad. Además, facilita escenas en alta definición y lo hace en color real. Estos datos están avalados por pruebas desarrolladas por el Instituto Torre de Quevedo, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

El equipo, dice su inventor, "puede ser adaptado a cualquier sistema de objetivos de luz normal, ya sea en imágenes de foto o de vídeo, abriendo así un campo de desarrollo comercial casi infinito". Por el momento se trabajan con prototipos, pero pretenden negociar la venta del sistema a corto plazo. El invento ha sido patentado, aunque su modo de actuar es un secreto bien guardado.

La efectividad del sistema ya ha sido demostrada en el terreno práctico. El prototipo ha sido incorporado a un laparoscopio, una minúscula cámara que permite al cirujano desarrollar operaciones con pequeñas incisiones en el cuerpo del paciente por las que se introduce un sistema guiado de intervención médica. Gracias al nuevo sistema, en las pruebas desarrolladas en el hospital general Santa María de El Puerto, se pudo prescindir de la luz artificial que era conducida al interior del paciente a través de una pequeña lámpara incorporada a la cámara del sistema. De esta manera se ha logrado mejorar la información visual que recibe el médico a través de un monitor, ahora en color y alta definición, al tiempo que se ha minimizado el daño al paciente.

De hecho, fue en la medicina donde se encontró la primera aplicación del sistema, pero su campo de actuación es mucho mayor. Se han encontrado utilidades en el estudio del fondo marino, donde apenas sí alcanza la luz solar. La posibilidad de trabajar sin luz y, por tanto, sin perturbar a la fauna autóctona abre nuevos campos de estudio. Asimismo, los astrónomos podrán obtener información más detallada sobre los objetos celestes de escasa luminosidad y los sistemas militares de defensa multiplicarán su efectividad.

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El modelo ya tiene nombre. Ha sido bautizado como MC 46 en reconocimiento a las siglas del nombre del inventor y a su año de nacimiento, 1946. Pero el proyecto no es personal, sino fruto de la colaboración de varios especialistas en electrónica y medicina, que ahora se han establecido como empresa para promover el nuevo invento. La sociedad ha sido llamada IME, SL (Invenciones Médicas Electrónicas). Entre los impulsores, Caballero reconoce la labor del cirujano portuense Salvador Pascual que, en los últimos años y con la esperanza de conseguir el objetivo propuesto, ha financiado en calidad de mecenas los trabajos del investigador.

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