Muertes en el Estrecho
Estos días tristes y desgarradores, ante tantas muertes en el Estrecho, hacen que una se replantee cosas. Se me encoge el corazón y se me agotan las palabras queriendo entender por qué se tardó tanto tiempo en auxiliar a un grupo de personas que iban a la deriva, porqué era un problema de inmigración y no de salvamento. Que me lo aclaren.
En la inmigración como en otros temas siempre nos centramos en el efecto no en el de la causa. Este suceso inhumano es sólo la punta del iceberg de muchas muertes desconocidas y del sufrimiento de sus familiares. Víctimas en su mayoría jóvenes y cuyo delito es querer una vida mejor, huir de la misería, de la falta de libertades o de los conflictos sangrientos que asolan sus paises de origen, con la connivencia, cuando no la responsabilidad directa, de los países más desarrollados.
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