De astillero a sala de exposición

La ceremonia de inauguración del Museo Marítimo Ría de Bilbao simuló ayer la botadura de un buque, como ya ocurrió en 1999 en la apertura del vecino palacio de congresos Euskalduna. Ante el lehendakari, Juan José Ibarretxe; la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo, y más de un centenar de invitados, Andoni Mugire, ex trabajador de los astilleros que hasta los años 80 ocuparon los diques en que ahora se sitúa el museo, y Raquel Barrio, joven empleada del nuevo museo, fueron los encargados de estrellar una botella de cava contra la grúa Carola, que en los diques de la Ría recuerda el pasado industrial del lugar.

Una inversión de 17 millones de euros ha hecho posible el nacimiento de un museo que pretende acercar el mar a la sociedad y rendir tributo a la historia marinera, comercial e industrial de Bilbao, que, como se recordó en los discursos, "fue puerto antes que villa".

En el acto oficial de la inauguración se explicó que la iniciativa de crear el museo marítimo surgió en 1996 de la Cámara de Comercio, impulsada por su entonces presidente, Patricio de la Sota. Con la Fundación Museo Marítimo Ría de Bilbao en marcha, el Ayuntamiento bilbaíno cedió los terrenos y la Diputación acondicionó los diques y 61 empresas se han ido sumado al proyecto del museo. Pilar del Castillo se comprometió en su intervención a dar "todo su apoyo" en el futuro al museo, al que su ministerio ya ha aportado cinco millones de euros.

Al caer la noche, el recinto celebró su apertura con un espectáculo de luz y fuegos artificiales, que iluminaron los diques donde se exhiben los 11 barcos de la colección, además del velero holandés Oosterschelde, de visita en Bilbao. Bajo el puente Euskalduna se esconden los 7.000 metros cuadrados de superficie expositiva, dos plantas con salas que evocan el casco de un buque. A partir de hoy el nuevo museo recibe al público (entrada individual, siete euros). Espera 100.000 visitantes anuales.