Sobre los exámenes de septiembre

El 11 de noviembre, en Aulas, aparecía la siguiente noticia: "Educación hará pruebas en junio para mantener la gratuidad". Para la consejera de Educación, Cándida Martínez, existen tres razones:

1. "La ley se basa en el principio de evaluación continua y esa prueba extraordinaria no es un examen". Señora consejera: la LOCE, le guste o no, se basa en consolidar la cultura del sacrificio y del esfuerzo. El estudio supone un esfuerzo y un sacrificio y este valor debemos inculcárselo a nuestros alumnos. Identificar una prueba extraordinaria con una entrevista o un trabajo, sin tiempo material para realizarlo, es hacer simplemente el paripé.

2. "Si las pruebas son en septiembre habría alumnos que tendrían que ir a clases particulares". Un porcentaje alto de las asignaturas de ESO no requieren más que el estudio. Si yo a un alumno le mando hacer un trabajo o leer un libro porque ha suspendido Lengua y Literatura, dígame usted cómo lo hace en 48 horas. Con esta medida se le está usurpando al alumno la posibilidad de aprobar y me está metiendo a mí en un grave compromiso: yo no puedo mandar nada que sea imposible de realizar.

3. "Si convocamos las pruebas en septiembre no podemos empezar el día 15". Todos los profesores andaluces sabemos que en examinar y evaluar en septiembre se tardan tres o cuatro días. El no poder comenzar el 15 es un problema de lo que ustedes llaman disfemísticamente colocación de efectivos. En otras palabras y en auténtico román paladino: Si todos los años comienza el curso y faltan profesores por nombrar, el problema no es de los exámenes, es de incompetencia y de mala gestión.- Agustín Pérez Morán. Delegado APIA en Cádiz.

Genial; así de simple. Genial. ¿A que a nadie se le podría haber ocurrido una razón más razonable, sensata, pedagógica y solidaria? Me refiero a la que da la consejera de Educación de la Junta en EL PAÍS Andalucía, del 11 de noviembre de 2003, explicando por qué se pretende que los exámenes de septiembre que manda la LOCE se hagan en junio.

Al parecer, la consejera contesta con estas explicaciones a la "incomodidad" experimentada por ciertos colectivos de profesores y por algún sindicato al conocer un proyecto de la Dirección General de Evaluación Educativa y Formación del Profesorado a ese respecto. Pues que se sepa claramente: Se harán los exámenes en junio para mantener la gratuidad de la enseñanza porque "si las pruebas se plantean en septiembre, algunos estudiantes acudirían a las clases particulares, pero habría otros que no podrían por problemas económicos, lo que produciría una mayor fractura social·. Genial. ¿O no?

¿De qué os quejáis, profesores, que no veis más allá de vuestras narices? Hay que estar a lo que se está y no sólo pendiente de ciertas minucias como que si los alumnos estudian o no estudian o que si aprueban por la patilla o por tó el morro, que dirían los propios alumnos. Razones de peso es lo que hacen falta: Véase la muestra. Basta.