El PSC apela a la victoria de la izquierda para reafirmar su voluntad de formar Gobierno
Los socialistas propondrán de inmediato el inicio de negociaciones a ERC y a ICV
El Partit dels Socialistes (PSC) apeló ayer al hecho de haber sido el pasado domingo la fuerza más votada y a la victoria en las elecciones autonómicas, en número de escaños, de las formaciones de izquierda -74, contando los 42 del PSC, los 23 de ERC y los 9 de ICV-EUiA- para reafirmar su voluntad de formar Gobierno. Así lo expresó ayer el primer secretario de los socialistas, José Montilla, tras la reunión de la ejecutiva del partido. Montilla, que compareció ante los medios de comunicación pasadas las siete de la tarde, anunció que propondrá de inmediato a ERC y a ICV el inicio de negociaciones.
Las conversaciones entre los tres partidos, encaminadas, según el dirigente socialista, a que en el Gobierno de la Generalitat se produzca un giro "catalanista y progresista", serán llevadas por parte del PSC por Ernest Maragall y Montilla. Fue éste y no Pasqual Maragall -el único candidato que no hizo ayer ninguna declaración pública- quien ofreció la rueda de prensa para dar cuenta de lo tratado por la ejecutiva.
A los periodistas, el primer secretario del PSC les aseguró que no prevén ningún otro escenario que no sea un pacto entre las fuerzas de la izquierda, y explicó que irán al encuentro de ERC e ICV sin condiciones previas, lo cual no significa, precisó, que eso implique dejar la puerta abierta a la negociación para la presidencia de la Generalitat. Montilla insistió en que todos los asuntos deben discutirse con discreción e internamente para que no acabe malográndose el acuerdo.
Al ser preguntado si Pasqual Maragall, al no haber superado a CiU en número de escaños, había puesto su cargo a disposición del partido, Montilla negó tal extremo y rechazó que hubiera razones para ello, ya que el PSC había sido la fuerza más votada y, gracias a estos resultados, había una posibilidad clara de encabezar un Gobierno de izquierdas.
Pero lo cierto es que el resultado del pasado domingo fue un auténtico mazazo para el PSC y, además, imprevisto; nadie creía en la posibilidad de un retroceso como el que sufrió el partido: ocho diputados, más de 150.000 votos y un descenso especialmente acentuado en el área metropolitana de Barcelona, que el PSC creía particularmente movilizada con la designación de Manuela de Madre, ex alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet y número dos de la lista por Barcelona.
Pese al desastre, que el PSC no atribuye a la campaña sino a causas de fondo que estudiará con detalle, el partido seguía ayer agarrado como clavo ardiente a la expectativa de un Gobierno de izquierda plural encabezado por Pasqual Maragall, como quedó claro tras la conferencia de prensa ofrecida por Montilla. Y es que para los socialistas lo que está en juego no es sólo llegar por vez primera al Gobierno de la Generalitat tras 23 años de autogobierno, sino la solidez misma del partido para al menos el próximo decenio.
En un mes, hasta que se forme el Ejecutivo, el PSC se la juega casi al todo o nada: o dirige al fin el Gobierno catalán o prosigue su larguísima travesía del desierto con el esquema de liderazgo en torno a Pasqual Maragall en crisis.
Pese a que el PSC tiene cuatro diputados menos que CiU, las elecciones arrojan el mejor resultado de la historia para la izquierda -si se contabiliza a ERC dentro del bloque progresista. Los tres partidos sumarán en el próximo Parlamento 74 escaños, dos más que en 1980, cuando la Esquerra de Heribert Barrera optó por hacer presidente a Jordi Pujol. Los años 1980 y 2003 son los únicos en que los tres partidos superan los 68 diputados necesarios para poder elegir al presidente de la Generalitat. En los otros cinco comicios oscilaron entre 52 y 67 diputados.
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