Aulas convertidas en espacios para la paz
Un colegio de La Victoria (Córdoba) es uno de los 354 de Andalucía donde se enseña a los estudiantes a ser solidarios
Hay quienes son partidarios de que la educación no se quede en cubrir el expediente y transmitir una serie de conocimientos, como si el cerebro de los niños fuera el disco duro de un ordenador. Es lo que ocurre en el colegio José Antonio Valenzuela de La Victoria, un pequeño municipio cordobés de 1.800 habitantes. Este centro de Educación Infantil, Primaria y primer ciclo de Secundaria es uno de los 354 centros andaluces integrados en el proyecto Escuela: Espacio de Paz, iniciado en 2002 por la Consejería de Educación.
Se trata de inculcar los valores de no violencia y los derechos humanos. En una clase del colegio José Antonio Valenzuela se estudian Matemáticas, Lengua o Educación Física, como en cualquier colegio. Pero cada día hay una referencia continua a lo que ocurre en el mundo. Si los medios de comunicación recogen una noticia sobre los malos tratos a mujeres, el profesor la lee y los niños reflexionan sobre ello, explica la coordinadora del proyecto Maruja Salazar. Esta profesora comenzó a trabajar en estos temas desde que llegó al colegio, en los años 80. Ahora, unos 90.000 alumnos andaluces participan en el proyecto Escuela: Espacio de Paz, dentro del Plan Andaluz de Educación para la Cultura de Paz y no Violencia.
Conocida la noticia, los niños realizan fichas con las que muestran su repulsa por lacras como la violencia de género. "En el centro todo está enfocado para despertar el sentido crítico", explica la coordinadora del proyecto. La amplia trayectoria del colegio José Antonio Valenzuela le sirvió para ser incluido en la red de escuelas sociales de la UNESCO, en 1996.
"Con estas enseñanzas contribuimos a la formar la personalidad de los estudiantes, además de transmitir conocimientos", dice el director del colegio, Alfonso Rojas.
Carlos Ruso, de 12 años, es uno de los alumnos más implicados. Redactó sendas cartas a las familias de los dos reporteros españoles que murieron en la guerra de Irak. "Ya se ha visto donde están las armas de destrucción masiva", exclama Carlos. "Bush tenía ganas de pelea y se buscó al más débil", añade el estudiante sobre una guerra que considera injusta y agradece que en las clases se lean las noticias sobre temas de derechos humanos.
"En el colegio nos motivan mucho para que aprendamos a respetarnos, convivir y a que todos merecemos una vida mejor. Nos tenemos que respetar aunque seamos feos, gordos, altos o bajos", afirma Carlos con rotundidad.
Durante la guerra se analizó la prensa diariamente y los alumnos realizaron una manifestación hasta el Ayuntamiento, donde leyeron diversos manifiestos que ellos redactaron.
La participación en el proyecto Escuela: Espacio de Paz significa que en este colegio se esté pendiente de cada una de las efemérides relacionadas con el respeto de los derechos humanos. Por ejemplo, durante el día mundial de la alimentación y el dedicado a la erradicación de la pobreza, los alumnos participaron en un acto solidario por el que cada uno donó el coste de su desayuno para destinarlo a los países en los que no es tan fácil comenzar el día comiendo. Salazar asegura que estas acciones van más allá del alumnado y que los padres se implican.
La implicación de los alumnos queda recogida en una especie de cuadro de honor que sirven para la entrega de diplomas semanales. La edad en la que los niños se interesan más es entre los 10 y 11 años.
"Me parece bien que en las clases de Educación Física se castigue a los que insultan y que todos nos demos la mano después de competir", asegura Daniel Requena, de 10 años.
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