Frialdad pese a los 775.000 emigrantes que viven en Cataluña
Los nombres de políticos catalanes suelen aparecer en el Parlamento andaluz para buscar contradicciones entre los socialistas andaluces y catalanes, pero la realidad es que, fuera los círculos políticos y empresariales, las elecciones catalanas se han seguido con lejanía. Como si no llegara el eco de los 775.376 andaluces que, según datos de la Junta, viven en Cataluña.
"La sociedad andaluza está despolitizada y hablarles de política catalana es como hablarles de Marte", dice el escritor Justo Navarro, autor de F., una obra sobre el poeta catalán Gabriel Ferrater. "No se han vivido con intensidad. Ni mucho menos", añade Felipe Romera, director del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). "Los andaluces que están allí se sienten andaluces, pero son catalanes. No veo retroalimentación hacia aquí".
El mundo de la empresa elogia el "pragmatismo" de Pujol -"No sé si tendremos que añorarlo", dice Fernando Guerrero, presidente de la Confederación Empresarial Sevillana (CES)- y el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo intuye que la reforma del Estatuto de Cataluña puede entrar en la agenda política diaria y generar "una sinergia" en Andalucía.
