EE UU debe crear 250.000 empleos mensuales para reducir el paro

La recuperación del mercado laboral se hace de rogar en EE UU a pesar del fuerte tirón de la economía. Los síntomas son positivos, pero persisten dudas sobre la solidez del empleo que se está generando. Muchos se atreven a augurar incluso que la tasa de paro se mantendrá en el 6% durante meses. El objetivo de Bush es presentarse a la reelección de 2004 con más de un millón de empleos recuperados, para lo que debe crear 250.000 mensuales.

Echando un vistazo atrás a las estadísticas se observa que la tasa de productividad (8,1% el tercer trimestre) en EE UU va muy ajustada a la evolución del PIB (7,2% durante el mismo periodo). Sin embargo, la recuperación del mercado laboral en términos de creación de empleo sigue a remolque de la reactivación económica. La tasa de paro se redujo a penas una décima en octubre, para situarse en el 6%. Este índice se apoya sobre la creación durante ese mes de 126.000 nuevos puestos de trabajo netos, concentrados sobre todo en el sector servicios.

El dato superó con creces las expectativas y si se sigue esté ritmo de generación de empleo, George Bush podrá presentarse a la reelección en noviembre de 2004 con más de un millón de empleos recuperados. Entre agosto y octubre se han creado en total 286.000 empleos netos. Pero para una economía de tal dimensión, ese aumento es casi insignificante, sobre todo si se parte de la base de que en dos años se destruyeron 2,8 millones de puestos de trabajo por la crisis. Los economistas recuerdan que la tasa de paro debería situarse por debajo del 5% para empezar a hablar de una recuperación real en el mercado laboral.

En estos momentos se calcula que hay más de 1,5 millones de parados por encima de ese nivel. "Haría falta que se crearan entre 125.000 y 150.000 empleos netos cada mes para sacarnos del severo estancamiento actual", indicó el ejecutivo jefe de la consultora Challenger, Gray & Christmas (CGC). A los que habría que añadir otros 100.000 más vinculados al crecimiento de la población, lo que suma 250.000 en total. Otros van más lejos y hablan de cinco millones de parados menos.

El desempleo afecta hoy a 8,8 millones de trabajadores, de los que 2 millones llevan desocupados más de 27 meses (uno de cada cuatro parados). Los principales afectados por el paro son los jóvenes (17,1%). Según el análisis de esta consultora, los más beneficiados son los mayores ya que el 77% de los nuevos contratados tenía más de 55 años.

Curiosamente, 55.000 jóvenes de entre 16 y 19 años de edad decidieron tirar la toalla y abandonar el mercado laboral en octubre, lo que puede ayudar a entender esta ligera recuperación en el empleo. Se calcula que medio millón de jóvenes hicieron lo propio durante los últimos 12 meses, lo que refleja la rigidez del mercado laboral estadounidense.

El índice de participación en el mercado laboral entre la población en edad de trabajar, según CGC, es del 66%, el nivel más bajo desde diciembre de 1991. Se estima además que unos 7,5 millones de estadounidense dicen ocupar más de un empleo a la vez. La foto se completa con otra cifra: 1,4 millones de los trabajadores están en condiciones de cubrir un empleo a tiempo parcial.

Repunte estacional

El empleo generado por la economía estadounidense (143.000 en octubre) se concentra de momento en el sector servicios, lo que deja abierta la hipótesis de que se trate de un repunte estacional debido a la proximidad de las festividades del día de Acción de Gracias y de la Navidad. Lo llamativo es que la remuneración en los nuevos contratos está siendo entre un 30% y un 57% inferior al nivel medio pagado en la industria (521 dólares a la semana), lo que introduce una nueva duda sobre la calidad del empleo.

Por el contrario, en la industria manufacturera se perdieron 24.000 empleos netos ese mes. Es un ritmo inferior al de comienzos de año, pero ya se contabilizan desde enero 2,6 millones de puestos de trabajo destruidos en un sector que pierde empleo durante 37 meses seguidos. Los que se quejan ahora son las pequeñas y medianas empresas que, según la consultora CGC, son las principales afectadas por la guerra en Irak en términos de empleo.