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Reportaje:

El rostro de la tragedia

Los familiares empiezan a identificar los 36 cadáveres de la patera que naufragó hace 20 días junto a Rota

Mustapha Garyate tenía 31 años y trabajaba como albañil en Casablanca. Tenía una niña de tres años, otra recién nacida y Europa en la cabeza. El 24 de octubre embarcó en Larache hacia España junto con otros 53 inmigrantes. La tarde del día 25 su patera naufragó y Mustapha se ahogó, junto con otros 35 inmigrantes, frente a las costas de Rota. Su familia no supo nada de él hasta ayer, cuando su hermano Ismail lo identificó entre lágrimas en la funeraria de Los Barrios (Cádiz). El próximo martes será repatriado a Marruecos. Lo que comenzó como un sueño terminó en un ataúd.

Ismail fue uno de los primeros familiares de las víctimas de aquella patera en identificar el cadáver. La Asociación de Familiares y Víctimas de la Inmigración Clandestina tiene una lista de 22 desaparecidos e intenta comprobar si los cuerpos están en Los Barrios. Para ello, el Gobierno español realizará análisis de ADN en Marruecos a los familiares que lo soliciten para cotejarlos con los de los cadáveres antes de repatriarlos.

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Ismail, de 33 años, no supo en un principio que su hermano iba a subirse en una patera: "Mi familia me ocultó su intención de cruzar el estrecho de Gibraltar porque sabía que yo me opondría. No le hubiera dejado". Ismail vive desde hace seis años en Florencia (Italia), pero no llegó allí en patera, sino en avión, con visado de turista.

Ismail es el mayor de seis hermanos y se encarga de mandar dinero para todos ellos. Una semana después del accidente supo que Mustapha había viajado hacia España. Como ni él ni su familia tenían noticias de Mustapha, logró localizar en Marruecos al organizador de la expedición. "Me dijo que todos habían llegado bien, que habían desembarcado sin problemas y que estaban en España", recuerda moviendo la cabeza con indignación en el tanatorio de Los Barrios.

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Khalil Jemmah, presidente de la Asociación de Familiares y Víctimas de la Inmigración Clandestina, asegura que es lo habitual: "Las mafias quieren cobrar el pasaje íntegro y muchas veces hay una parte que lo pagan los familiares cuando la patera ha llegado". El viaje cuesta entre 700 y 6.000 euros.

Ismail no quería entrar a la morgue a identificar el cadáver. Al final tuvo que hacerlo porque si no lo hacía no podrían repatriarlo. Entró como aturdido y al cabo de unos segundos salió llorando, andando rápido y rodeado por una decena de fotógrafos y cámaras de televisión. Ismail, jersey de cuadros, pantalones vaqueros, zapatillas Nike y rostro sereno, es de los pocos familiares que tendrán que pasar por ese mal trago. El cuerpo de su hermano fue hallado el primer día y está en buen estado. Como él hay tres más, pero la mayoría sólo podrán ser identificados por el ADN, porque los objetos que llevaban con ellos (un anillo, un teléfono móvil, unos billetes mojados...) no sirven.

Para el análisis de ADN hay que comparar el de un familiar con el del muerto. Junto a Ismail había viajado un primo suyo. Éste también tenía un hermano en la patera. Paseaba como ausente, sin la certeza de que su hermano, de sólo 24 años, estuviese muerto. La Guardia Civil le tomó muestras de saliva para extraer de allí el ADN y cotejarlo con el de los cadáveres.

El problema es que la mayoría de los familiares están en Marruecos y no tienen papeles. El Gobierno español no concede visado para identificar los cuerpos. Así que los Gobiernos de España y Marruecos han acordado tomar las muestras del ADN de los familiares en en Casablanca. La repatriación de los cadáveres (unos 3.000 euros aproximadamente) correrá a cargo de la Fundación Hassan II.

Jemmah agradece el gesto pero pide a los Gobiernos de España y de Marruecos que luchen contra las mafias y que "intenten quitarle de la cabeza a los marroquíes que una patera es la solución". El presidente de la Asociación de Víctimas de la Inmigración asegura que la mayoría de los que viajaban en la patera proceden de la zona denominada el triángulo de la muerte, la zona entre Casablanca, Marrakech y Beni Mellal.

La edad media de los fallecidos es de 22 años y en la zona, según Jemmah, los jóvenes sólo piensan en cruzar el Estrecho. También asegura que el sistema español de detección de pateras en el Estrecho, el SIVE, lo único que ha hecho ha sido aumentar el riesgo para los inmigrantes: "Lo que antes era un viaje de 14 kilómetros ahora se ha convertido en uno de 300 kilómetros hacia las provincias de Málaga o Cádiz".

Ismail Garyate llora tras identificar el cuerpo de su hermano.
Ismail Garyate llora tras identificar el cuerpo de su hermano.J. BIENVENIDO

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