El endeudamiento de los hogares españoles supera a la media europea
Los hogares europeos están cada vez más endeudados. La deuda del conjunto de las familias de la zona euro alcanzó el 51% del producto interior bruto (PIB) en el segundo trimestre del año, según el último informe del Banco Central Europeo (BCE), publicado ayer. Por encima de esa media se encuentran Luxemburgo, Holanda, Alemania, Portugal y España. En el documento, la institución advierte de la "vulnerabilidad" de las familias ante posibles cambios de tipos de interés y del precio de la vivienda. "Es habitual que periodos de fuertes crecimientos de los precios de la vivienda vengan seguidos de una fase de corrección", añade.
"Persisten ciertos riesgos", afirma el BCE, en el alto nivel de endeudamiento. En su informe, el banco central de la zona euro recuerda que "las autoridades ya han expresado su preocupación acerca de la sostenibilidad de la evolución de los precios de la vivienda observada en los últimos años", que en España se han disparado más del 90% desde final de 1997. Si se produce esa corrección, "los hogares se encontrarían con un volumen de deuda que ya no estaría totalmente respaldado por sus activos".
Recuperación económica
Frente a estos riesgos, el BCE se muestra optimista respecto a la economía mundial, que considera que se está recuperando "claramente". En Europa, en este segundo semestre del año ya es evidente una "ligera mejora de la actividad". Pese a ello, la recuperación en la zona euro ha resultado más lenta de lo que se preveía, según afirmó paralelamente en Viena el vicepresidente de la autoridad monetaria, Lucas Papademos, quien sólo para 2005 espera un crecimiento entre el 2% y el 2,5%. Hasta hace poco, el BCE confiaba en que esta tasa de "crecimiento potencial" podía alcanzarse ya a lo largo de 2004.
La tan sólo tímida reactivación económica en la zona euro podría indicar que el BCE no tocará los tipos de interés (ahora en el 2%) a lo largo de los próximos meses. Un crecimiento más robusto, por el contrario, podría traducirse en presiones alcistas sobre los precios, cuya estabilidad salvaguarda la autoridad monetaria. En octubre, la inflación en el conjunto de la zona euro sólo fue del 2,1%, muy cerca de la meta del 2% fijada por el BCE.
En el informe, el BCE reitera asimismo su rechazo a una flexibilización del Pacto de Estabilidad. En palabras casi idénticas a las utilizadas la semana pasada por el nuevo presidente del banco central, Jean-Claude Trichet, se advierte de que este conjunto de reglas "está justificado por motivos económicos muy sólidos". Lo que "está en juego" es "la credibilidad general del marco de la política fiscal y, por tanto, las perspectivas de crecimiento económico de la zona euro".
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