Maragall promete la gratuidad de los libros de texto

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall, prometió ayer la progresiva gratuidad de los libros de texto en la enseñanza obligatoria si llega al Gobierno. La medida, que se implantaría de forma progresiva, tendría un coste de 19 millones de euros cuando culmine, en 2007. El presidente del PSC recordó que "nunca ha renunciado" a tener grupo propio en el Congreso.

La propuesta de la gratuidad de los libros de texto en la enseñanza obligatoria es la última planteada por Maragall, que ha dedicado la recta final de su campaña a desgranar su "programa social" frente al discurso a su juicio "esencialista" de Convergència i Unió (CiU). El líder del PSC ha prometido una ayuda de hasta 240 euros mensuales para que los jóvenes puedan alquilar, otorgar por ley un complemento a las pensiones para que ninguna esté por debajo de los 361 euros mensuales y ayer la gratuidad de los libros de texto.

El plan se aplicaría progresivamente a partir de 2005, tras un proceso de negociación "con las asociaciones de padres y madres y el sector del libro.". Cuando se complete, en 2007, tendrá un coste estimado de unos 19 millones de euros y se beneficiarían de la medida los casi 600.000 alumnos que cursan primaria y la enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Los libros adquiridos pasarían a ser propiedad de los centros educativos.

El dirigente socialista lanzó su propuesta durante la visita a una biblioteca, en Barcelona. Posteriormente, Maragall asistió al coloquio organizado por el foro Tribuna Barcelona, donde dejó abierta la posibilidad que en el futuro el PSC recupere un grupo parlamentario propio, coordinado pero distinto del del PSOE. "No hemos renunciado nunca a tener grupo parlamentario propio", recordó, y añadió que el Senado el PSC está integrado en la Entesa Catalana de Progrés.

El candidato recordó que esta posibilidad -que fue efectiva en los primeros años de democracia, pero que hoy no permite el reglamento del Congreso- quedó frustrada tras "el estado anímico de excepción de la clase política" provocado por el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

Maragall se comprometió también a limitar la publicidad institucional, a reducir el número de directores generales de la Administración, a crear un registro público de ayudas, subvenciones y contratos del Gobierno y a permitir un control on line del presupuesto de la Generalitat. El presidente del PSC dijo sentir "vergüenza patriótica" por el mal tono que a su juicio utiliza CiU.