Cinco pueblos catalanes prueban el voto electrónico en las autonómicas
Los electores usarán sistemas de pantalla táctil y de recuento telemático después de emitir el sufragio real. Hoy, empieza la experiencia por Internet
El domingo, después de depositar sus papeletas en las urnas, los electores de Canyelles, Creixell, La Fatarella, Torres de Segre y Llers pueden participar en la experiencia de votación electrónica presencial, sin validez legal, que ha organizado la Generalitat de Cataluña, autorizada por la Junta Electoral.
Habrá dos modelos distintos. La pantalla táctil, suministrada por Indra, presenta menús de selección -copias exactas de las papeletas electorales-, y urnas electrónicas con un escáner óptico que realiza la lectura del voto cuando se introduce la papeleta en la máquina. El elector necesita una tarjeta anónima que se facilita en la mesa tras identificarse y que se devuelve tras haberla introducido en la máquina. Indra las ha probado en elecciones en el Reino Unido.
El sistema de la empresa vasca Demotek mantiene la forma tradicional de votación pero incluye en su papeleta una marca de reconocimiento que permite su recuento electrónico. La papeleta se introduce en una urna electrónica que se coloca encima de la tradicional para permitir, al final, el recuento y la transmisión de los resultados, con un lector ultravioleta.
Sufragio por Internet
Hoy empieza la prueba para los 23.324 electores catalanes residentes en México, Chile, Argentina, Bélgica y Estados Unidos. Desde cualquier ordenador conectado a la Red podrán elegir a su candidato favorito. Si no tienen ordenador en casa, pueden usar los equipos de los casales que hay en esos países. Por ejemplo, el Orfeó Català de México. "Se trata del primer paso para probar las ventajas que ofrecen las tecnologías a los catalanes que vivimos fuera", explica Francesc Vinyals, desde el Orfeó de la capital mexicana, un país con 4.601 electores.
La empresa Scytl, que desarrolla software de seguridad basado en protocolos criptográficos avanzados, proporciona la seguridad que los procedimientos electorales precisan en esta votación.
Andreu Riera, su fundador, explica: "Garantizamos la privacidad y el secreto del voto, la identificación del elector (que sea quien dice ser), la integridad de la urna (que no se puedan eliminar, añadir o modificar votos) y el secreto de los resultados hasta el final. Incluso aportamos un mecanismo a los votantes (identificador y firma digital) para que puedan verificar que su sufragio ha llegado a la mesa electoral".
Los simulacros carecen de validez legal pero sirven para mejorar los sistemas existentes y, sobre todo, para "convencer a los responsables de los procesos electorales de su utilidad".
SCYTL: www.scytl.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.