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ELECCIONES EN CATALUÑA

Mas dice que votar al PSC equivale a firmar "la defunción de la autonomía"

El candidato nacionalista propone una nueva ley del catalán, pero descarta las sanciones

Artur Mas cambió ayer las balas por el cañón para disparar contra los socialistas catalanes. Hasta ayer el candidato convergente sólo se había atrevido a comparar al PSC con el PSOE y alertar de que la presidencia de la Generalitat podía caer en manos de los "poderes políticos de Madrid". Pero ayer, en Lleida, Mas sacó toda su artillería pesada y clamó: "Votar al PSC es votar la defunción de la autonomía catalana". Las palabras de Mas retumbaron en el pabellón leridano de los Camps Elisis, lleno hasta la bandera, y en el Telenotícies vespre de TV-3.

El conseller en cap hace coincidir cada día la conexión en directo de la cadena autonómica con sus mensajes de la jornada. Y reparte su tiempo en arremeter contra los socialistas y los republicanos. Unas críticas que, en boca de Mas, nunca hasta ayer alcanzaron tal tono catastrofista. Hasta ahora había sido el líder de Unió Democràtica, Josep Antoni Duran Lleida, quien, con su verbo encendido, se encargaba de lanzar las más duras pullas contra los contrincantes electorales.

Ayer, Mas hizo de Duran. El conseller en cap apareció al principio del mitin para reclamar una profunda reflexión a los electores dudosos entre votar al PSC o a CiU. Y utilizó, para intentar convencerles, el manido mensaje de equiparar al PSC con el PSOE y a éste con el PP, "con el que comparte el mismo proyecto del café para todos". "Votar socialista es entregar Cataluña al PSOE y esto no ha pasado nunca en democracia", proclamó. Y remachó: "Votar al PSC es votar la defunción de la autonomía catalana".

A continuación, en plena euforia de las 1.500 personas asistentes al mitin, agregó: "Tanto el PSOE como el PP quieren que Cataluña sea una autonomía más, una más del grupo".

Duran Lleida, que le precedió, intentó tranquilizar al electorado sobre la posible radicalización del discurso de los nacionalistas. "Son ellos quienes se han radicalizado, sobre todo el PP, que viene a Cataluña con gente como Manuel Fraga o Mayor Oreja. Nosotros no nos hemos movido del sitio", manifestó.

En el mitin final de Lleida, Mas puso broche a una jornada repleta de ataques a los socialistas. A mediodía, durante un almuerzo con jóvenes nacionalistas, aseguró que Maragall "ni representa la renovación ni el cambio, pues hace 20 años que está en primera línea de la política". "No sé si Maragall es el aire nuevo que necesita Cataluña y que tanto proclama", manifestó en tono de burla.

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El resto del día, Artur Mas se esforzó en restar votos a Esquerra Republicana a base de invectivas o de promesas electorales de tinte nacionalista. Mas empleó ambas tácticas en Lleida. El candidato convergente no descartó modificar la actual Ley de Política Lingüística, de 1998 -que los independentistas rechazaron en su día por poco ambiciosa-, y volvió a dudar del carácter catalanista de ERC por su insistencia en silenciar sus pactos poselectorales y no rechazar de antemano un acuerdo con Maragall.

Durante esta campaña, Mas se aplica a fondo para que a CiU no se le escabullan los votos por la derecha, por la izquierda y por el flanco nacionalista. Ayer, en la presentación de su programa cultural, el candidato de CiU demostró su pericia para taponar cualquier fuga de votos. Asimismo admitió la posibilidad de aprobar una nueva ley del catalán para incrementar el uso social del idioma y rechazó de plano aplicar las sanciones económicas que prevé la actual legislación porque, a su entender, cualquier imposición podría ser contraproducente. "La introducción del catalán en determinados ámbitos tiene que hacerse de forma progresiva porque si se hace de golpe puede crear un rechazo innecesario", opinó. Y si hasta el momento, señaló, los resultados han sido satisfactorios, "el buen camino es el actual".

Consciente de las dificultades que comportó la negociación de la actual ley de 1998 y de que fue el principio del declive político de Joan Maria Pujals -a finales del 1999 cesó como consejero de Cultura-, Mas fue muy precavido: "Ya veremos si en el futuro el marco legal de la ley tiene que reforzarse. No tenemos una propuesta concreta, pero no descartamos cambiarla, aunque falta la perspectiva del tiempo para medir los efectos de la ley".

El Estatut, recordó Mas, establece que el catalán es la lengua propia de Cataluña y, como tal, debe ser objeto de protección con "leyes, dinero, pedagogía y fomentando la estima". De lo contrario, alertó, "corre el riesgo de irse diluyendo y acabar siendo un idioma secundario. Esto el pueblo de Cataluña no puede permitirlo".

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