Carod afirma que CiU está en su etapa final, pero no excluye el pacto con la federación de Pujol

Los republicanos consideran alcanzado ya uno de sus objetivos, situarse en el centro del debate electoral. El candidato de Esquerra, Josep Lluís Carod, interpretó el requerimiento que el sábado le formuló el líder socialista, Pasqual Maragall, como una demostración de "nerviosismo". Y afirmó que las palabras del candidato de CiU, Artur Mas, alertando al electorado nacionalista ante una "traición" de ERC indican que el partido de Jordi Pujol "ha llegado a su etapa final". Pero, eso sí, se mantuvo abierto a entrar en el próximo Gobierno catalán tanto con CiU como con el PSC si, como espera, el día 16 ERC se convierte en complemento imprescindible para cualquier mayoría.

Carod toma en sus discursos bastantes recursos muy característicos del pujolismo. Uno de ellos es el de responder "¡Cataluña!" cuando se le plantean disyuntivas incómodas o inoportunas. Lo hizo ayer en un mitín en Cambrils (Baix Camp), su ciudad natal, al negarse a definir si ERC apuesta por un Gobierno de izquierdas o por una mayoría nacionalista con CiU. Esquiva la disyuntiva preguntando tanto a Artur Mas como a Maragall si serán capaces de "anteponer los intereses de Cataluña a los de partido". En cambio, asegura que ERC es el único partido que "se ha quedado sólo con Cataluña". Y como CiU durante tantos años, define a ERC como "el partido de casa", que "no depende de nadie".

Otro recurso propio del pujolismo que Carod utiliza también como propio, consecuencia del anterior, es la acusación de "sucursalismo" contra los demás partidos catalanes. A diferencia de Pujol, que la ha utilizado machaconamente durante décadas contra los socialistas, Carod la formula también contra la propia CiU por haberse sometido al PP. Y ayer llegó a afirmar: "Si los números les salen, volverán a gobernar con el PP, como han hecho durante ocho años". "El candidato del PP es Artur Mas", agregó.

El líder republicano explicó a su audiencia de Cambrils, unas 150 personas, y luego en Flix, en un almuerzo con los simpatizantes del partido, que en el actual momento de la campaña electoral se produce una situación de "cuatro contra uno"; es decir, de todos contra Esquerra. Auguró que a partir de hoy ERC recibirá una "enorme cantidad de insultos" desde todos los demás partidos. Posteriormente, tras conocer que Mas da por hecho que ERC se prepara para traicionar al electorado nacionalista entregando la presidencia a Maragall, dijo: "El insulto, la descalificación y la mentira son propios de las personas y partidos que están en su etapa final y no tienen ya ideas, proyectos y argumentos".