¿Subida de tipos?
El Banco de Inglaterra decidía el pasado jueves una subida de tipos nada sorprendente ni injustificada en la actual coyuntura británica: emergencia de algunas tensiones en precios, crecimiento del crédito y falta de muestras de moderación suficiente del mercado inmobiliario. La mayor visibilidad de dicho movimiento se ha debido a que coincide con un aparente cambio de expectativas a nivel internacional basado fundamentalmente en una secuencia de datos de la economía norteamericana especialmente positivos.
En efecto, ha sido sorprendente el crecimiento estadounidense del 7,2% en tasa anualizada en el tercer trimestre, mucho más allá que lo que hacían prever los síntomas de reactivación conocidos. Aunque se arrastran pautas de crecimiento anteriores, prolongándose en el tiempo los efectos de la bajada de impuestos y el crecimiento de la inversión residencial, también hay que subrayar el despertar de la inversión en bienes de equipo y la mejoría de las exportaciones netas, merced a la depreciación observada del dólar. La creación de casi 300.000 empleos en los últimos tres meses se suma a los síntomas positivos. Con todo, no queda despejada la percepción de que el estado actual de aquella economía se encuentra todavía demasiado condicionado por los estímulos fiscales-presupuestarios y su desequilibrio exterior.
El mercado está descontando elevaciones significativas de tipos, demasiado tempranas a nuestro parecer, a partir de la próxima primavera
Aunque con un ritmo todavía muy lento, y a falta de conocer su traducción en tasas de crecimiento del PIB, los indicadores conocidos del tercer trimestre del euroárea parecen avalar también una mejora del escenario. Especialmente significativo está siendo el comportamiento de los índices de confianza y expectativas en un contexto de mantenimiento de unas favorables condiciones de financiación y el impacto expansivo de los déficit públicos de los principales países de la eurozona.
Si no puede darse por seguro una consolidación de la recuperación al otro lado del Atlántico, menos cabe hacerlo en el caso europeo, que exhibe síntomas mucho más leves y frágiles. No es sorprendente por tanto que en sus comparecencias de esta semana, Greenspan y Trichet coincidiesen en un mensaje de moderación que contrasta con la claridad con la que el mercado está descontando elevaciones significativas de tipos, demasiado tempranas a nuestro parecer, a partir de la próxima primavera.
Daniel Manzano y María José Huete son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).
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