Los vecinos de Fuenlabrada evitan Metrosur para llegar a Madrid
Los 144.000 viajes al día de la línea 12 superan las expectativas, aunque las estaciones presentan una realidad distinta
Ocho y media de la mañana. Línea 6 (circular) de metro. Todos los asientos están llenos, la gente apenas puede abrir el periódico para leerlo sin toparse con la espalda de alguien. Sudores, caras de cansancio, apretujones. Ocho y media de la mañana. Línea 12 (Metrosur). Asientos libres, estaciones semivacías, trenes modernos. La línea 12 de metro o Metrosur no conoce lo que es la hora punta.
La media de utilización un día laborable de la línea de metro que une las principales ciudades del sur en el mes de septiembre fue de 144.401 viajes. La cifra ya cumple con las expectativas que puso el Gobierno regional hace siete meses, cuando se inauguró la obra: superar los 140.000 viajes diarios. En septiembre, según los datos del Gobierno regional, se llegó a puntas de 156.179 viajes diarios. Las estaciones más utilizadas fueron Puerta del Sur, Móstoles Central, Alcorcón Central, Getafe Central, Leganés Central y Pradillo (muy cercana a sedes públicas de Móstoles como el Ayuntamiento, el Registro Civil o los juzgados).
"La línea no llega a los núcleos industriales", se queja el alcalde de Getafe
"Las expectativas se han cumplido. Se han superado las previsiones iniciales de la Comunidad de Madrid", señalan desde la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes. Todo un éxito... pero, ¿si lo comparamos con qué? Metrosur ya registra más de 140.000 viajes, que no viajeros, diarios. Pero hay que tener en cuenta que su público asciende a más de un millón de personas (Fuenlabrada, Leganés, Móstoles, Getafe y Alcorcón): la tercera ciudad de España, después de Madrid y Barcelona. Además, por ejemplo, la media diaria un día de fin de semana en toda la red de metro llegó casi a los 700.000 viajeros en julio y agosto pasados.
Metrosur todavía no forma parte de la rutina de los ciudadanos del sur. Cercanías sigue siendo para muchos más rápido, más cómodo y más barato para conectar con la capital. "Las distancias entre una estación y otra se hacen eternas. Está bien para ir a las universidades que tienen sede en el sur. Además, para llegar hasta la capital tenemos que pagar dos veces el billete, y eso nos discrimina del resto de madrileños", explica Miguel Jiménez, vecino de Móstoles y estudiante de la Universidad Rey Juan Carlos.
No hay que olvidar que los viajeros de Metrosur, al enlazar con la línea 10 en la estación Puerta del Sur -un gigantesco cuello de botella en medio de Alcorcón- tienen que volver a picar el billete. Además, hay un bono de 10 viajes exclusivo para el Metrosur y que no sirve para el suburbano metropolitano.
"La sensación que nos transmiten muchos vecinos es que el metro, para moverse de un municipio a otro, está bien, pero para ir a la capital no. El trayecto a Madrid es largo y pesado. Es mucho mejor Cercanías", explica Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada (PSOE). Los residentes de esta localidad son los que tienen peor el acceso a la capital desde el metro. Ir de la estación de metro de Fuenlabrada Central hasta la de Puerta del Sur lleva como mínimo 40 minutos. En cambio, con Cercanías se llega desde Fuenlabrada a Atocha en 25 minutos, y con el mismo billete te puedes mover en tren por la capital.
El alcalde de Getafe, Pedro Castro (PSOE), opina que Metrosur "aún no ha amortizado la tremenda inversión económica -más de 2.600 millones de euros- que ha supuesto". "Todavía falta que vaya a los grandes núcleos industriales del sur, donde miles de trabajadores necesitan el metro. Además, es necesario abrir más ramales de comunicación con la capital, no sólo Puerta del Sur", señala Castro.
Además de no llegar a los principales polígonos industriales, la línea 12 tampoco llega al hospital de Getafe, un centro con 2.000 empleados y más de 250.000 pacientes. Este centro hospitalario está pegado a la carretera de Toledo, justo en el punto en el que esta vía se cruza con la carretera de Leganés.
En Metrosur no hay pintadas ni papeleras llenas. Ni estaciones sucias, ni taquillas oscuras con empleados de Metro vendiendo billetes. Ni chicles pegados en los techos, sobre todo porque son altísimos. Las estaciones son inmensas, parecen el doble de lo que son y dan más sensación de vacío. Las máquinas dominan los espacios, están por todos lados. Hay muchos guardias de seguridad. La poca afluencia de viajeros, el silencio, los colores fríos de los trenes y de la decoración de las estaciones se asemejan al escenario de una película futurista.
"Por los compañeros que trabajan allí, sabemos que hay muy pocos viajeros. Además, los empleados se quejan de que todo en la línea 12 está muy automatizado y que las máquinas de autoservicio sólo han servido para quitar puestos de empleo", explica Policarpo Gónzalez, portavoz del sindicato ferroviario Solidaridad Obrera. Aun así, González reconoce que hay mucha afluencia de viajeros en la estación de Puerta del Sur y en aquellas paradas que pasan por las universidades, los hospitales y las que conectan con Cercanías.
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