_
_
_
_
TELEVISIÓN | ELECCIONES EN CATALUÑA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Anuncios (I)

Tomàs Delclós

Los anuncios electorales son un indicio obvio de lo principal que cada partido quiere transmitir en campaña. CiU empieza con Jordi Pujol elogiando lo mucho que se ha hecho en sus 23 años de mandato y pidiendo que confiemos en Artur Mas. Da y avala el relevo. Es un mensaje de tono institucional donde se destaca que llega una nueva generación, distinta, pero con los mismos ideales. En cambio, la segunda parte adquiere tonos reivindicativos clásicos con resonancias espriuanas (más libre, más plena, més enllà...). Como si Mas no hubiera estado en la Generalitat, mandando. En otro anuncio, el introductor es Duran Lleida haciendo algo prohibido en las campañas comerciales: criticar otras marcas. Duran dice que si manda otro partido, cuyas siglas muestra, mandará Madrid. Mas sigue en su tono épico con figurantes con pancartas cuyo lema es poco comprometido: "Sí" (véase la Espuma del pasado martes).

Más información
Maragall ofrece "un nuevo catalanismo con acento extremeño, andaluz o asturiano"

También el anuncio de Esquerra tiene dos tiempos, dos registros. Empieza de una manera particularmente simpática, con unos guiñoles que critican a los políticos que no hacen caso a la gente, que sólo se acercan a ella cada cuatro años. Pero en la segunda parte, se olvidan de cualquier heterodoxia, y para transmitir que son una alternativa de gobierno acuden a una iconografía supuestamente seria, casi lúgubre. Los candidatos, con Josep Lluís Carod al frente, hacen unas someras promesas y piden confianza. El anuncio refleja una doble condición de Esquerra, difícil de administrar: muchos años en la oposición, pero no queriendo quedarse en las trincheras, sino demostrando que son fiables para gobernar. ¿Por qué para dar esa imagen de Gobierno hay que acudir al hieratismo escultórico?

Joan Saura insiste en su condición de verde. Está bien que lo haga dentro de un coche, máquina crucificada en Kyoto, y está muy mal que regrese al tópico verde más verde; un prado donde incomprensiblemente hay una silla. También desde allí predica el candidato. En este contexto gana poderío la imagen del candidato gerundense paseando por un bosque quemado.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_