A la espera del reencuentro

La relación es estrecha y viene de lejos, a veces mal entendida o mal llevada, como en todas las relaciones de vecindad. Pero en Cataluña se hicieron y se hacen aragoneses. Desde el fundador del POUM, Joaquín Maurín, nacido en Bonansa, al líder de Unió Josep Antoni Duran Lleida, natural de Alcampell, el músico Pau Donés o la ex consejera de la Generalitat Maria Eugènia Cuenca, que nació en Calatayud. El republicano Josep Lluís Carod desciende de aragoneses; Joan Manuel Serrat tenía madre de aquí y siempre se ha dicho que Cataluña tiene más aragoneses que la propia comunidad. Emigraron, se formaron, crecieron en una tierra que les acogió en tiempos difíciles. Los aragoneses, pese a todo, parecen más enterados de lo que ocurre en Madrid, pero saben que Cataluña es un referente cercano y son conscientes de que hay que estrechar lazos.

"Cataluña no es el enemigo como nos han querido hacer ver", apunta Modesto Pascau

"Maragall tiene que aprovechar el desgaste de CiU", afirma el diseñador Isidro Ferrer

A tiempos de indiferencia, incluso a tiempos de enemistad fomentada interesadamente, ha seguido una etapa dulce de proximidad, reconocimiento y redescubrimiento. Por eso es sintomático lo que argumenta Julián López Babier, presidente de la Conferedación de Empresarios Aragoneses (CREA). López Babier, ingeniero de Caminos Canales y Puertos, es presidente del consejo de administración de Ingenierías Españolas Agrupadas SA. "Al margen de diferencias concretas, Aragón y Cataluña comparten años de historia dentro de la Corona de Aragón e intereses socioeconómicos derivados de nuestra común pertenencia al Valle del Ebro y al eje económico representado por el cuadrante noreste de la Península". Por eso, deja claro que el interés empresarial está en que "más allá de personas e ideologías, tras las elecciones se mantengan y, a ser posible, se refuercen las líneas de colaboración y entendimiento en temas como infraestructuras y desarrollo económico".

Pedro Arrojo, Premio Goldman 2003, profesor de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, ve en estas elecciones una oportunidad para armonizar el respeto al Ebro. "Por primera vez estamos de acuerdo catalanes y aragoneses y en el programa del PSC -si lo cumplen- hay elementos que servirán para frenar el PHN". Arrojo atisba una oportunidad de oro en un cambio que fomentará las buenas relaciones reiniciadas.

Isidro Ferrer, Premio Nacional de Diseño 2002, insiste en el contrapeso: "Es necesario que se generen fuerzas periféricas porque el centro es cada vez más prepotente". Ferrer no ve en las elecciones catalanas un test de las generales. "Cataluña es un caso muy especial. Maragall tiene que aprovechar el desgaste de la otra fuerza. Tiene un equipaje muy bien organizado". Y evoca su etapa histórica como alcalde de la Barcelona Olímpica . "Puede marcar el desarrollo de una comunidad moderna y lúdica que hoy está algo parada aunque guarda la herencia de aquel tiempo".

Chon Durán es empresaria. Propietaria de Di&CO, una empresa de comunicación de Zaragoza que organizó la cumbre mundial de ciudades inteligentes; las conferencias del Año Cajal y que ahora trabaja en la preparación de la conferencia del Instituto de Nuevas Tecnologías de Massachusets que va a crear un centro logístico en la capital aragonesa. "Hablo al margen de los resultados, pero me gustaría que quien saliese tuviese una oposición mucho más firme que la Generalitat con el trasvase. Yo creo que Maragall es un hombre llamado a estrechar lazos con Aragón, CiU nos ha dado la espalda y ha ignorado lo que nos ha unido y nos une". Duran ve grandes oportunidades económicas con la eurorregión. "Pero siempre en pie de igualdad".

"Es una oportunidad fantástica para que Cataluña se redefina". Lo dice Gabriel Sopeña, compositor, autor de temas para Loquillo, Héroes del Silencio, Maria Creuza o Boz Scaggs. Sopeña, doctor en Filosofía, cree que es el tiempo de que "Cataluña y los catalanes se encuentren cómodos. Y eso que los políticos son dados a amagar y no dan. Pero ahora Pujol ya no es el paraguas y es necesasrio que la ciudadanía arme referencias, que salga de la sombra y que se disipen demonios y ver si la izquierda funciona con el PSOE. Y reencontrarnos con ellos".

"Por higiene democrática yo creo que las elecciones deben servir para que cambie el signo político en Cataluña". Así de rotundo es Modesto Pascau, gerente de PRAMES, una empresa dedicada en principio a restaurar refugios de montaña y a marcar senderos en la naturaleza, que hoy cuenta con una potente sección editorial y que tiene publicados mas de 2.000 títulos. Pascau es, además, vicepresidente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada. Su empresa construye rocódromos, aulas de la naturaleza y él conoce bien Cataluña. "Lo de la eurorregión me parece interesante porque habla de un eje natural que debe servir para unir esfuerzos de comunidades muy potentes, la que más Cataluña, pero que unidas harán más fuerza". A Pascau le zumba la mosca con los discursos nacionalistas. "Todos los partidos caen en esa tentación. Hasta que los catalanes no llegan a ese punto de ensalzar el pan con tomate o la barretina todo va bien pero cuando sale esa vena...". Apunta que "hemos vivido tiempos mirando con envidia a los vecinos, también ellos nos decían que lo hacían mejor. Ahora eso puede cambiar". Y remacha: "Es necesario el cambio". "Cataluña no era el enemigo como nos han querido hacer ver, somos vecinos, compartimos el valle del Ebro, defendemos el agua, debemos respetarnos".

Carlos Pauner, montañero, con cuatro ochomiles en su haber, es químico y tiene una consultora mediomabiental. Fue noticia la pasada primavera cuando estuvo perdido dos noches en el Kangchenjunga, en el Nepal, y logró sobrevivir. Pauner tiene claro que el roce hace el cariño y que si hay un vuelco y el PSC gana "todo apunta a que tengamos una aproximación con Cataluña". Tampoco encuentra disparatada la propuesta de la euroregión, simpre mirando al futuro.