Los gobernadores mexicanos piden a Fox más capacidad para recaudar impuestos

Los gobernadores mexicanos promueven una nueva definición del federalismo porque consideran excesivas las competencias del Gobierno central en la recaudación de los ingresos públicos: aproximadamente el 80%, contra el 14% de los 32 Estados y el Distrito Federal, y el 2,4% de los municipios de la república. El presidente, Vicente Fox, refrendó la convocatoria de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), fuerza política emergente, de una Convención Nacional Hacendaria que debata una reforma fiscal capaz de aumentar los ingresos y redefinir las competencias.

El proceso "cambiará el sentido del federalismo mexicano", que tendría trascendentes consecuencias, según anticipó el presidente mexicano durante la presentación oficial de la Convención, que arrancaría el 5 de febrero del año próximo. "La lejanía de los recursos públicos respecto a las necesidades específicas de las entidades y de las localidades ha sido uno de los obstáculos al desarrollo integral de la nación", señaló.

Ministros, gobernadores y alcaldes asistieron al acto, desarrollado en el Palacio Nacional. El Ejecutivo considera necesario un diagnóstico completo del estado actual de todas las haciendas públicas. "No tengamos miedo a la verdad", subrayó Fox.

Paralelamente a la preparación de la Convención Hacendaria, el Gobierno promueve una reforma fiscal que amplíe la base tributaria y permita recaudar más dinero para ser utilizado, según las intenciones declaradas, en inversiones sociales. La pobreza alcanza a más del 50% de los 100 millones de mexicanos. El Ejecutivo quisiera eliminar las numerosas exenciones al cobro del IVA aplicado a las medicinas, alimentos, libros, periódicos, revistas y un buen número de productos, que suman el 45% de las transacciones económicas del país.

Rechazo de la oposición

La oposición se niega en redondo a gravar las medicinas y alimentos, en buena medida por su coste político. No obstante, la convención diseñada por los gobernadores cuenta con el apoyo unánime de los legisladores. Teóricamente establecerá los principios de una nueva distribución de los ingresos públicos, con una mayor transparencia en su origen y destino.

"La interlocución y actitud resultan fundamentales para construir de manera conjunta las condiciones de crecimiento económico y generación de empleo que el país requiere", proclamó Fox. En los trabajos de la convención, cuyas conclusiones deberá aprobar el Congreso, participarán representantes de los Estados de México, del Gobierno Federal y de las empresas y otros sectores productivos.

El federalismo, tal como se concibe, no ha sido aplicado a fondo en México. El Gobierno central tiene amplísimas facultades tributarias: impuesto sobre la renta, IVA, impuestos al comercio exterior, derechos sobre los hidrocarburos y los gravámenes especiales sobre producción y servicios, entre otros. Las competencias de los Estados y municipios son limitadas: impuestos sobre la tenencia de la tierra, sobre la nómina, actividades de compra-venta o sobre las bebidas alcohólicas. Más del 80% de sus ingresos dependen de la federación, o sea, del Gobierno central.

"El actual sistema de coordinación fiscal ha derivado en un conjunto de transferencias asignadas sin coherencia, generando así grandes distorsiones", según el especialista del gubernamental Partido Acción Nacional (PAN), César Alejandro Monraz, que trabajó sobre el tema. "Pero, más que visualizar la situación como un problema de ingresos y participaciones, es necesario ir al fondo del asunto y definir con toda claridad las potestades tributarias de la Federación, los Estados y los municipios", sostiene Monraz.