Sobre 'galicismos subsanables'
Quisiera tranquilizar al excelente crítico literario Jon Kortazar respecto de esta carta, para nada beligerante. De hecho, le agradezco la genéricamente elogiosa crítica que el pasado martes hacía en estas páginas sobre mi libro No te llamaré soledad, aunque de no haberlo sido, para eso están los críticos: para juzgar, positiva o negativamente, y en libertad. Sólo destacaré y aclararé un punto de su crítica referido a "(...) los galicismos fácilmente subsanables...". Lo eran (subsanables) precisamente porque no lo son (galicismos).
Verá, señor Kortazar, soy profesor de francés, también lo fui de español y seguramente seré el escritor que menos galicismos emplea, porque conozco a todos estos bichos semánticos que persiguen a tu otra lengua y se pegan a ella en cuanto te descuidas. Te acorralan en un impasse en lugar de un callejón sin salida y rápidamente el lector puede tomar al escritor por un amateur sin cachet en lugar de un aficionado sin elegancia. Hasta cambié el título del cuento: Muerte de un señor dignísimo, el cual se titulaba antes Muerte de un señor comme il faut, justamente para no dar pie a ningún comentario, a pesar de que esta última expresión es bastante conocida aquí.
No, simplemente y con el consentimiento cómplice de mi editor, Alex Oviedo, me he permitido la licencia de utilizar un puñado de guiños hacia mi otra lengua y cultura; por ejemplo: Al aeropuerto, Marcel.... En todo caso, importar datos culturales desde otras latitudes nunca debería importar, valga la redundancia. Incluso creo que el lector puede ver su patrimonio cultural ensanchado, si le dicen que al francés, el nombre Marcel le suena a taxista. Nada más y merci por leerme.
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