'Tentaciones' celebra 10 años con un concierto de tendencias variadas

El décimo cumpleaños del suplemento de tendencias El País de las Tentaciones cumplió todas las expectativas que prometía el cartel. Cinco nombres de relumbrón, Sidonie, Dover, Mala Rodríguez, La Buena Vida y Ojos de Brujo, que representan cinco direcciones distintas, pero todas ellas bajo el signo del triunfo y el reconocimiento de todos los sectores implicados en la música: industria, público y medios especializados. Como testigos, más de 2.000 personas agotaron el martes el aforo de La Riviera, en Madrid, como una nutrida representación de la juventud española de los últimos 10 años.

Cuando la música que salía de los platos de Xoel López de Deluxe, discjockey durante toda la noche, llevaba apenas media hora calentando las esquinas del recinto, hacía su aparición sobre el escenario Ojos de Brujo, numeroso combo que ha sabido releer como nadie las lecciones del flamenco callejero, mezclado con ritmos e influencias mestizas. El grupo de Marina, La Canillas, y Ramón, El Metralleta, salió a por todas en medio de un ambiente favorable y con un público que se sabe ya su repertorio de memoria. Rumba con El ventilaor, soleá y reivindicaciones sociales en contra del Fondo Monetario Internacional fueron los materiales con los que Ojos de Brujo tejió su tela musical en la que siempre sobresale la labor de los percusionistas. Fue realmente corta su actuación, pero el programa de la velada no dejaba demasiado tiempo para consumar exhibiciones.

Acto seguido, el tempo cambió y la sugestiva voz de Iranzu Valencia al frente de La Buena Vida demostró que la música juvenil también puede discurrir entre terciopelo y sin tirar de volumen. Mejores en su sonido que en anteriores conciertos, el quinteto donostiarra puso toda su entrega en la convincente interpretación de temas de sus primeras épocas, combinándolas con piezas de su más reciente y exitoso disco, Álbum. Especialmente interesante resultó la ejecución del tema Los planetas, canción que, sin quererlo y a deshora, les ha abierto las puertas de un éxito comercial que no tiene por qué ahogar su limpia propuesta que ahora les emparenta con Belle & Sebastián.

Otro cambio de tercio condujo hasta el rap sevillano y altanero de Mala Rodríguez, rapera que junto a su inseparable J mayúscula y con la ayuda inestimable de su corista, Harper, bailarina y guitarrista, consiguió momentos francamente atractivos. Sobre todo, al principio de su show, cuando se reveló ante profanos como una cantante con auténtico pellizquito flamenco en el tema La niña. Tras esta canción, Mala dio rienda suelta a su lectura particular del hip-hop con paisaje sevillano, avanzando alguna de las canciones de su inminente disco, Alevosía.

De una mujer a dos, las hermanas Llanos tomaron el relevo con su rock crujiente y apasionado. Como grupo prototípico de la historia de Tentaciones que es, el cuarteto no tuvo empacho de acudir hasta sus gloriosos orígenes, recordando Devil came to me o Serenade, aunque también dejó la tarjeta de visita de su último álbum, The flame.

Grupo entregado a una audiencia entregada, Dover consiguió los mayores momentos de intensidad de la noche y dejó las tablas calientes para el trío destinado a cerrar el cumpleaños del Tenta.

Los de Sidonie salieron a escena con el honorífico título de última revelación del rock español y sonando con el eco de las viejas bandas psicodélicas de los 60: Kaleidoscope, July, los Beatles del Rubber soul o los Kinks de Sunny afternoon. Con el mejor sonido de la noche, el batería Axel Pi, el bajista Jesús Senra y el guitarrista y cantante Marc Ros dieron un anticipo del disco Shell kids, su segundo disco y uno de los motivos más fiables para pensar que el rock español no está del todo agonizante.

Temas como On the sofa o Bla, bla, bla pusieron el colofón a un cumpleaños de esos de los que hay que acordarse largo tiempo. Que haya muchos como éste y que sea Tentaciones quien los ofrezca.