Operación peligrosa

Deseo transmitir al conjunto de la ciudadanía mi más honda preocupación por el estado de las instalaciones del hospital Puerta de Hierro en Madrid y alertar de una operación extremadamente peligrosa que está cobrándose muchas más vidas de las que son reconocidas. Mi mejor amigo fue operado en el referido hospital hace escaso mes y medio para implantarle una cánula o ensanche artificial en el uréter, un conducto por donde circula la orina que une riñón y vejiga.

En el quirófano, la luz se fue en dos ocasiones y el generador eléctrico previsto para esos supuestos se estropeó. La operación se alargó sobremanera dado que los anestesistas consideraban impracticable trabajar en semejantes condiciones.

Terminada la operación, le trasladaron a una habitación donde parecía recuperarse poco a poco. A los 11 días, cuando a duras penas podía moverse, le dieron el alta. Un día más tarde, una trombosis coronaria acabó con su vida. Tenía 26 años, era deportista y jamás había padecido una afección coronaria. Ante la avalancha de preguntas, los médicos respondieron que su caso era insólito: "Uno entre un millón", dijeron.

Pues bien, ayer me enteré de otro caso exactamente igual. La misma operación y el mismo resultado de muerte como consecuencia de un trombo en el corazón. Esto supone que de tres casos que conozco dos han acabado en fallecimiento. ¿Hubiera ocurrido lo mismo si le hubieran extraído el riñón -la otra opción que los médicos barajaban- en lugar de colocarle la cánula? Nunca lo sabremos, pero es del todo intolerable que a mi amigo le hayan ocultado los elevados riesgos que esa operación, tan precisa como sustituible, entrañaban.