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La fundación Quiñones rinde homenaje a Carlos Edmundo de Ory

El poeta gaditano presenta mañana en Madrid 'Música de lobo'

El poeta Carlos Edmundo de Ory (Cádiz, 1923) fue distinguido ayer con el reconocimiento que la fundación Fernando Quiñones otorga anualmente a personalidades destacadas en el ámbito de las artes y las letras. El teatro Moderno de Chiclana de la Frontera (Cádiz), ciudad sede la fundación Quiñones, acogió el acto de homenaje, en el que De Ory leyó varios de sus poemas.

Carlos Edmundo de Ory, en los momentos previos al acto,se refirió a su recelo ante los actos de homenaje: "Yo nunca me he presentado a los premios, pero me resulta increíble y sorprendente que un amigo tuyo te lo dé. Cuando los dos vivíamos en Madrid, nunca se me hubiera ocurrido decirle 'tú me vas a dar un día un premio' o 'yo te lo voy a dar a ti'. No se trata de aceptar o no. Me parece una ironía, una carcajada de la suerte".

El gaditano evocó los años cincuenta en que Quiñones y él vagabundeaban por los cafés de Madrid en busca de la inspiración y la supervivencia. "Recuerdo cuando Fernando llegó a Madrid por primera vez. Yo mismo fui a recogerlo a la estación. Y cuando me llevó a su casa, no recuerdo en qué calle se encontraba. Tenía una habitación con una cama blanca. Y no se me olvida que me regaló un libro de Rimbaud", afirmó De Ory.

La entrega del premio Fernando Quiñones coincide con la visita de De Ory a Cádiz, invitado por el recién concluido Festival Iberoamericano de Teatro (FIT). El autor de Técnica y llanto y La flauta prohibida aprovechó la ocasión para reencontrarse con sus familiares gaditanos, así como para visitar una bodega de Jerez y el estudio del escultor Luis Quintero. "Para mí la bodega es una catedral. He firmado incluso en un tonel de vino, donde escribí ¡Viva Baco!", comentó.

Aunque Carlos Edmundo de Ory lleva varias décadas afincado en la pequeña localidad de Thézy-Glimont, cerca de París, no oculta la satisfacción que le produce retornar a su tierra de origen: "Ya lo dije todo en un poema mío: Desde muy adolescente en Cádiz en el Sur/ marchaba por las calles leyendo ciertos libros/ Las noches no dormía y pensaba en el mar/ y decidí ser monje en el futuro...".

Mañana, el gaditano presentará en Madrid su último libro, la antología Música de lobo, editado por Círculo de Lectores/Galaxia Gutemberg con prólogo y selección de Jaume Pont.

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