Imaz y Egibar exigen al Gobierno que no impida el debate público sobre el nuevo Estatuto

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, y el del PNV, Joseba Egibar, coincidieron ayer en exigir al Gobierno del PP que no impida, con las medidas jurídicas anunciadas, la apertura de un debate público, social e institucional sobre el nuevo Estatuto de libre adhesión a España propuesto el sábado por el Gabinete de Juan José Ibarretxe. Imaz instó a Mariano Rajoy a aportar "razonamientos políticos en vez de la descalificación y la amenaza". Egibar dijo que este debate produce "vértigo" a los populares. "Pero, quieran o no, lo tendrán que abordar y sería bueno que también presenten alternativas".

Los dos portavoces, que libran durante estos días una dura batalla interna como candidatos a la sucesión de Xabier Arzalluz al frente del PNV, se pronunciaron ayer por separado en San Sebastián sobre las primeras reacciones que había suscitado el proyecto de nuevo Estatuto aprobado el sábado por el Gobierno vasco. Pese a sus estilos bien diferenciados -Imaz es el rostro amable del Ejecutivo y Egibar la imagen dura del PNV-, ambos coincidieron en exigir a los partidos constitucionalistas y al Gobierno del PP que no obstaculicen el debate y permitan que la propuesta de Estatuto lanzada por Ibarretxe sea discutida públicamente en la sociedad y las instituciones vascas y españolas.

"En vez del insulto y las amenazas para impedir el debate, que trate de aportar razonamientos políticos para que este país podamos construirlo a través de una cordial convivencia entre todos", afirmó Imaz en alusión a las medidas jurídicas anunciadas por Rajoy la víspera en Gernika. "Ése es el camino, no el de los frentes y el de impedir el debate a toda costa". Repitiendo el mensaje tranquilizador del lehendakari, Imaz aseguró que no se trata de "romper nada; no es un camino rupturista, ni de secesión ni segregación". Por el contrario, subrayó que es un proyecto "abierto a modificaciones" y que "nadie decidirá nada sin contar con los ciudadanos", encargados finalmente de "refrendar" la iniciativa.

Para el portavoz del PNV, Joseba Egibar, el debate sobre el proyecto de Estatuto va a "poner a prueba la calidad democrática" de las instituciones que, como el Gobierno español, se oponen a él. Con su tono más directo, Egibar afirmó que el pueblo vasco "tiene derecho a decidir su propio futuro, a construir su propia casa", y advirtió de que "España se equivoca si se obstina en tener a Euskadi como realidad realquilada bajo su titularidad y propiedad".

En esta línea anticipó que si la sociedad vasca avala la propuesta de Ibarretxe y el Estado se niega a aceptarla, se creará un problema "que va a trascender de los límites estrictos de la geografía del Estado español". "Si yo fuera Estado democrático entraría a negociar", señaló, tras resaltar que lo que se propone es una relación "de igual a igual" con el Estado y la expresión del derecho "a decidir" de la sociedad vasca, que no puede "diluirse" con el "pretexto de que no se cumplen no sé qué trámites".

Poner trabas al debate significa, según Egibar, "debilidad política, vértigo y miedo" a lo que la sociedad vasca pueda decidir libremente. Y advirtió de que la convivencia entre los pueblos "no se puede imponer, porque de lo contrario se rompe".

La presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, señaló en Bilbao que con su respuesta al plan Ibarretxe el PP y el PSOE se han situado "detrás del centralismo español más duro y más ultraconservador".