"¡...Que dimita el público!"

Érase una vez un festival de cine pequeño, muy pequeño. Se llamaba Mostra del Mediterrani -ya casi nadie recordaba por qué-, y constaba de una sección oficial, cuya ínfima categoría, edición tras edición, reconocían sus sufridos jurados, y de una informativa, algo más presentable, en la que el fallo del premio correspondía al público. Un buen día, José Antonio Escrivá -que así se llamaba el director del certamen- tuvo la feliz idea de organizar un pase de una película a la que se auguraba un gran éxito; Planta cuarta, se titulaba. La privilegiada mente del director alumbró una feliz idea (¡otra! El hombre no descansaba...), para que, tanto su festival como el citado film, se dieran mutua publicidad: concederle algún premio. Sólo había un inconveniente: las secciones oficial e informativa, que eran las únicas en las que se concedían, estaban cerradas. Escrivá reunió a su equipo y todos se estrujaron las meninges, en busca de la solución al problemón. En medio de aquel silencio, alguien exclamó: "¡Eureka!". Se arremolinaron en torno a él, que explicó: "Concédanos a Planta cuarta el premio del público, y si a alguien se le ocurre pedir una dimisión... ¡pues que dimita el público!". Se escucharon vítores y corrió el champán (hay quien dice que fue cava), para celebrar algo realmente grande: habían dado con la fórmula para incumplir de modo flagrante los estatutos sin tener que asumir responsabilidad alguna. El plan se llevó a cabo, Planta cuarta recibió el galardón y el festival concluyó, con sus organizadores aliviados y satisfechos.

Los hechos que se acaban de describir, a excepción del desenlace, son ficticios. Cualquier parecido con la realidad debería ser motivo de escándalo. Si el rumor fuera cierto, y por lo que al autor de estas líneas respecta, el equipo directivo acertó de pleno, puesto que, como potencial espectador, dimitió, no sin antes dejar escrito un pensamiento: "El señor Escrivá está en su derecho (rectifico: se lo ha arrogado) de elegir Planta cuarta como animal de compañía, pero a nosotros sólo nos deja una opción: rechazar Mostra como festival digno".