Málaga ante su oportunidad
El Museo será un revulsivo para la actividad económica, social y cultural de la ciudad
La inauguración, hoy, del Museo Picasso supone para la familia, principal artífice del proyecto, cerrar un capítulo porque culmina el deseo del artista de legar su obra a su ciudad natal. Para Málaga en cambio es un punto de partida ilusionante. El museo está llamado a ser un revulsivo en la vida cultural, económica y social de la ciudad y producir una agitación de dimensión histórica que abra una nueva etapa para su desarrollo.
En los últimos días, Christine Picasso se ha confesado sorprendida por el entusiasmo de los malagueños con el regreso de su suegro. Pero hay mucho más que un mero orgullo por razón de paisanaje. El director del Parque Tecnológico, Felipe Romera, suele decir que "Málaga es la capital de la nada porque nadie se la cree". En el Museo Picasso está depositada la fe de una ciudad que en los últimos años ha tenido la tentación de definirse como víctima de agravios con otros territorios, y nunca se ha sentido correspondida como la sexta ciudad de España.
El Museo Picasso devuelve a Málaga la etiqueta de capital turística que en realidad nunca ejerció. La llamada capital de la Costa del Sol no ha tenido ningún peso en la actividad económica que ha sido el motor del desarrollo de la provincia que más ha crecido en renta en España en el último sexenio. Según el presidente del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, Juan Fraile, "ahora Málaga se pone en valor no sólo para aprovechar los ocho millones de visitantes que cada año vienen a la costa, sino que será capaz de generar importantes flujos de turistas de alto nivel". No obstante avisa de que "con un grano de arroz no se hace una paella" y advierte de los esfuerzos que aún son necesarios en la recuperación del patrimonio. "Málaga necesita una planificación turística a conciencia y que se considere el turismo como una actividad transversal", insiste.
El concejal de Turismo, Antonio Urda, asegura que Málaga puede ser "un destino sin competencia", pero reconoce también la necesidad de una planificación estratégica. Y avisa de que no todo depende de la Administración. La nueva capacidad que ahora tiene la ciudad con equipamientos como el Museo Picasso o el Palacio de Ferias y Congresos y su riqueza patrimonial debe ser entendida por la iniciativa privada, a la que ahora corresponde actuar. "El museo es un revulsivo, pero la iniciativa privada tiene que crear la infraestructura de ocio y dar un nivel de calidad en sus servicios que ahora aún no tenemos", dice.
El mismo llamamiento a los emprendedores hace el arquitecto Carlos Hernández Pezzi. "Málaga va a experimentar una reconversión y hay que convocar a la iniciativa privada que tiene que asumir riesgos, no puede estar todo siempre subvencionado o llegar caído del cielo".
En la revolución económica que puede vivir la Málaga posterior a la apertura del Museo Picasso, hay otro hito determinante: la entrada en funcionamiento del AVE, previsiblemente en 2007, que hará la ciudad aún más competitiva cuando el tiempo de desplazamiento a los principales mercados emisores nacionales se reduzca a dos horas y media en el caso de Madrid y no menos de seis en el de Barcelona.
Nadie tiene duda de los efectos que el Museo Picasso tendrá sobre la economía, pero tampoco hay que olvidar que Málaga recibe el legado de uno de los principales renovadores del arte del siglo XX, y que ello debe producir una transformación en los valores y en la sensibilidad de la sociedad malagueña en la que apenas se repara. Dice Cristhine Picasso que "el pintor debe enseñarnos a mirar de otra forma". La directora de la fundación Casa-Natal, Mariluz Reguero, abunda en la reflexión. "Vamos a cambiar todos, Picasso abre una ventana a la modernidad, a la libertad y al progreso, los niños se acostumbrarán a ver sus cuadros y no se sorprenderán por la contemporaneidad en una ciudad donde hemos vivido el siglo XX con todos los electrodomésticos, pero con cuadros del siglo XIX".
Más de medio millón de visitas
Según datos de la dirección, el Museo Picasso que hoy se abre en Málaga será visitado por unas 600.000 personas al año. Un estudio de mercado realizado por Salvetti and Llombart cuantificaban la demanda potencial de la pinacoteca entre 400.000 y 700.000 personas, con mayores afluencias en los primeros años que progresivamente se irían estabilizando. El estudio destaca también que la mayoría de los clientes potenciales serán los turistas extranjeros que visitan la Costa del Sol. Organismos como el patronato de Turismo entienden sin embargo que la ciudad puede articular un estimable flujo de demanda como destino de fin de semana una vez que entre en funcionamiento la línea del AVE que acerque Málaga a los principales mercados emisores nacionales.
Del mencionado estudio se derivaba también la conveniencia de una labor pedagógica, ya que de la encuesta realizada a 2.500 personas comprobaron que los potenciales visitantes del museo son personas que conocen la obra de Picasso y les gusta y que había un alto grado de desconocimiento del pintor entre quienes no mostraban ninguna disposición a visitar la pinacoteca.
Además, según el perfil de visitantes realizado por la consultora, el interés se centra en la población con más formación, de forma que casi un tercio de los visitantes que acudan de fuera de Málaga poseerá estudios universitarios. Uno de los datos más llamativos de la encuesta es que entre la población española de fuera de Andalucía existe un "bajo conocimiento" de que Picasso nació en Málaga, dato que sí sabe el 57% de los andaluces y el 63% de los turistas extranjeros interrogados.
El Museo Picasso permanecará abierto de 10 a 20 horas martes, miercoles, jueves y domingo: viernes y sábado, hasta las 21.00. Los lunes cerrará. Las entradas costarán ocho euros para ver la muestra completa, y sólo seis para ver la colección permanente y 4,5 para la exposición temporal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.