Las expectativas disparan las inversiones en la planta hotelera
La consideración del Museo Picasso como un mero motor turístico ha originado una ardua polémica en los últimos meses. El celo con el que la dirección del Museo y la Consejería de Cultura han silenciado el proyecto y sus avances, ha sido cuestionado por el sector turístico, que se queja de no haber tenido información suficiente para realizar campañas de promoción, y por el Ayuntamiento de Málaga, que achaca a eso no haber podido acometer las actuaciones urbanísticas pertinentes para remodelar el entorno.
El arquitecto Salvador Moreno Peralta tercia en el debate entre las consejerías de Cultura y Turismo con una ecléctica reflexión: "El turismo se ha revelado en los últimos años como el principal descubridor de valores, y es también fuente de riqueza, de empleo y de estabilidad económica" y recuerda casos como el de Bilbao, una ciudad tradicionalmente industrial reconvertida como sociedad de servicios al albur del Museo Guggenheim o el puente de Calatrava. "Nadie quiere quedar rezagado en la actividad turística", concluye.
Y en Málaga, las expectativas se han disparado, como atestiguan las cuantiosas inversiones de la industria hotelera en los últimos años. Hasta hace cinco años, la ciudad contaba sólo con tres hoteles de cuatro estrellas, ahora dispone de nueve y el número de plazas no cesa de incrementarse. Sólo el año pasado se abrieron 3.638 nuevas plazas, lo que supone un incremento en sólo 12 meses del 58%.
Según el concejal de Turismo, Antonio Urda, actualmente otros 20 establecimientos tienen ya concedida licencia municipal de obras, y hay otras cuatro peticiones por tramitar, que en conjunto suponen otras 1.500 plazas añadidas.
El turismo cultural representa apenas el 7% de los visitantes que pasan por las oficinas de información de Málaga. El Museo Picasso está llamado a invertir espectacularmente esta proporción. El Patronato de Turismo estima que será a partir de la próxima primavera cuando sea perceptible este incremento de la demanda.
La oferta cultural puede reforzar además el principal flujo turístico que la capital malagueña tiene en la actualidad -al margen de las visitas de quienes veranean en la costa-, y es el turismo de congresos y convenciones, que representa el 50% de las visitas a la ciudad. Málaga se ha dotado de una infraestructura como el Palacio de Ferias y Congresos para reforzar su posición en un mercado con una feroz competencia, y al atractivo natural de su clima ofrece ahora el incentivo de disponer de una oferta cultural de primer orden.
Las expectativas son excelentes, pero el concejal de Turismo insiste en que es preciso "definir el papel actual y los pilares sobre los que deben asentarse todas estas posibilidades definiendo un programa estratégico en colaboración con la iniciativa privada".
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