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Entrevista:IÑAKI AZKUNA | Primer director de Osakidetza

"Hubo mucha resistencia al principio entre los profesionales"

El actual alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (Durango, 1943), fue el primer director de Osakidetza y con el paso del tiempo se convirtió en el consejero más carismático que ha tenido la sanidad vasca. Al cumplir los veinte años de funcionamiento, Azkuna recuerda que al principio "hubo muchas resistencias, sobre todo por parte de los profesionales", a la hora de poner en marcha un servicio integral de salud, universal y gratuito.

Pregunta. ¿Cómo recuerda su paso como director general de Osakidetza en el momento en el que nace la organización?

Respuesta. Con veinte años menos, y con dos parámetros fundamentales: con la ley que creaba el Servicio Vasco de Salud, es decir Osakidetza, que es el nombre en euskera, el que se ha generalizado entre la población, aprobada en el Parlamento en mayo de 1983 y con fe e ilusión en crear un instrumento sanitario novedoso, que sería de una gran utilidad para el pueblo vasco.

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P. ¿Cuáles fueron los principales retos a los que hizo frente?

R. Cuando se parte de cero todo es un reto. El consejero Javier Aguirre me nombró director general de Osakidetza. Vino conmigo Javier Vergara como director de Asistencia Sanitaria y nos acompañaron 11 funcionarios, entre ellos Javier Buruaga como jefe de Salud Pública. Lo primero que gestionamos fueron la salud pública, por medio de las direcciones territoriales de Salud, y los tres hospitales del Tórax [Amara, Leza y Santa Marina]. Más tarde, con la aplicación de la Ley de Territorios Históricos nos transfirieron todos los servicios sanitarios de las diputaciones: de salud mental -fuimos los primeros al integrar la salud mental en un sistema de salud-, los hospitales de Gorliz, la maternidad de Solokoetxe que la transformamos en un centro de salud -orgánico y mental-, el hospital de Santiago Apóstol en Vitoria y el Guipúzcoa en Donosti.

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P. Al final salió adelante su apuesta por un sistema público integrado, en el que no quedara nadie al margen. El grupo de los "cubanos" llamaban a los que optaron por esta línea. ¿Tuvo que salvar muchas dificultades?

R. El mayor reto fue conseguir un servicio integral de salud universal y gratuito. Hubo muchas resistencias al principio, sobre todo entre algunos profesionales. Pero el Departamento de Sanidad aguantó la embestida y hoy hay que decir que tenemos uno de los mejores servicios de salud. El gran éxito fue integrar, desde el principio, la salud pública clásica (detección colectiva de la enfermedad, la importancia de la sanidad alimentaria, de las vacunaciones, etcétera) y reconocer que era fundamental. Una buena sanidad preventiva, unas vacunaciones infantiles, en esto también fue modélica Euskadi. ¿Cuantas enfermedades han evitado? Y, efectivamente, a los progresistas de entonces, los más reaccionarios nos llamaban "cubanos". Por cierto, no conozco Cuba.

P. Tras el paso de todos estos años, ¿cree que Osakidetza goza de buena salud?

R. Con el paso de los años, Osakidetza es de las instituciones más queridas. Lo digo con el orgullo de haber contribuido a su nacimiento y como usuario.

P. ¿Cuáles han sido los principales hitos en estos veinte años?

R. Los hitos: el haber tenido claro desde el principio que debía de crearse un servicio integral de salud. En segundo lugar, la consecución de una rutina de calidad. Podíamos haber apostado por algún instituto de alguna especialidad, muy brillante, pero a costa de detraer presupuestos y esfuerzos del día a día de calidad.

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