Una carrera para ganar tamaño

"Adquirir dimensión antes de salir a Bolsa". Esa fue la consigna de la última Junta General de Accionistas de Gamesa respecto a la división aeronáutica. Sin cumplir el mes, el 13 de junio, Gamesa compró el 100% de las acciones de la compañía aeronáutica NMF Europa, filial española de la compañía canadiense NMF Global por un millón de euros, y ahora está negociando los últimos términos de la compra de Internacional de Composites (ICSA), al grupo Masa (Mecanizados Aeronáuticos).

ICSA consigue la mayor parte de su negocio con la producción de piezas en materiales compuestos para el sector civil, defensa y telefonía móvil, cuenta con una plantilla de 300 empleados y una factoría en Toledo.

ICSA produce piezas de materiales compuestos para diversos sectores, cuenta con una plantilla de 300 empleados y una factoría en Toledo

Olvidado ya el fracaso del proyecto Alerión, la fusión de la Industria de Turbopropulsores (ITP) y de Gamesa Aeronáutica, la firma de Vitoria se ha puesto manos a la obra para cumplir el objetivo marcado de salir a Bolsa en cuatro o cinco años, pero con el suficiente tamaño como para ser un plato apetecible. El año de referencia que manejaba Gamesa para dejarse ver en los mercados de valores, 2005, está prácticamente superado y se va prácticamente a 2006 o 2007, años en los que es más fácil prever una recuperación total del sector, tras la crisis que siguió a los atentados del 11-S. En 2002, la división aeronáutica de Gamesa sólo aportó 20 millones de euros a los 136 del beneficio consolidado de todo el grupo. El pasado año, Gamesa Aeronáutica facturó 237 millones, un 25% menos que el anterior.

La más que probable compra de ICSA en breve, se enmarca en esa estrategia de crecer en volumen, en rentabilidad y en capacidad productiva con mucho valor añadido. Si NMF, empresa que incorpora tecnologías de última generación en acabados superficiales, permite hacer hacer en Tarazona trabajos que antes había que enviar al norte de Francia, con ICSA, Gamesa Aeronáutica amplia a los materiales compuestos más específicos su capacidad de respuesta a sus propias demandas y a las de la industria del sector en Europa y América.

La firma de Vitoria está especializada en el diseño, ingeniería, fabricación y suministro de grandes conjuntos estructurales o partes completas de aeronaves para su posterior ensamblaje en aviones y helicópteros (alas, fuselajes, empenajes, nacelles de motor e interiores). Igualmente Gamesa Aeronáutica está especializada en el diseño y fabricación de componentes para el mercado aeronáutico, tales como grandes mecanizados así como piezas y subconjuntos en materiales compuestos.

Mayores dimensiones

Aunque Gamesa ya anunció durante el pasado mes de mayo que mantenía contactos con otros grupos del sector aeronáutico para crear una sociedad de mayores dimensiones, la empresa no dio detalles. Sus directivos se limitaron a dejar la puerta abierta la posibilidad de cualquier opción para crecer. El consejero delegado de Gamesa, Juan Ignacio López Gandásegui, dijo entonces, a modo de ejemplo, que si es un gigante como Boeing el que quiere entrar en ese proceso, "no podremos liderar mucho el crecimiento", y su presidente, Alfonso Basagoiti, apuntó que "nos diluiremos más o menos dependiendo del tamaño de la operación y del tamaño con el que nos casemos".

De momento siguen al frente de la operación con dos compras y con el objetivo intacto de duplicar el volumen de su negocio para cuando el mercado se recupere, y así tener más garantías de éxito en su salida a Bolsa.

Los principales segmentos de mercado en los que opera en la actualidad son los de aviación regional y helicópteros, siendo sus principales clientes Embraer y Bombardier en aviación regional, Sikorsky en helicópteros y Airbus en el segmento de grandes aviones.