Los ilustradores reivindican en Valencia la función social de sus trabajos

El primer Encuentro Transnacional de Ilustradores, que finalizó ayer en la sede de la SGAE de Valencia, ha puesto de manifiesto algunas de las tendencias de la ilustración y algunas reflexiones en torno a un trabajo basado en la imagen que "cumple una función social como creadores de opinión" y que, sin embargo, sufre una "discriminación" en relación con la palabra escrita. No en vano, la ilustración va más allá de la mera función decorativa.

La ilustración se debe leer al igual que el texto que acompaña, viene a decir esta conclusión del encuentro que, organizado por la Associació Profesional d'Il.lustradors de València (APIV), ha reunido a un centenar de ilustradores españoles y de Europa. Como no podía ser de otra manera, una de las cuestiones analizadas ha sido el empleo de las nuevas tecnologías y el reto que ha supuesto para los ilustradores el asumir paulatinamente las funciones de las que antes se encargaban las imprentas o empresas gráficas. El premio nacional de Ilustración Infantil y Juvenil 2002, Ajubel, por ejemplo, afirmó que ha aprendido "a manejar 17 programas informáticos para poder realizar" su trabajo "de acuerdo a las exigencias de las nuevas tecnologías". Pero estas tecnologías "no son la solución ideal", añadió.

Peret, premio nacional de Diseño 1998, hizo una analogía entre las nuevas tecnologías y las autopistas. Las primeras permiten al ilustrador ir más deprisa en un mercado que demanda rapidez y calidad, pero perjudican al profesional minucioso frente al advenedizo armado con un ordenador y un escaner.

En una mesa redonda celebrada ayer, el representante de la Asociación de Ilustradores Suecos, Lennart Eng, vaticinó que "hay un 80% de texto y un 20% de imagen en la prensa escrita de hoy, pero dentro de 20 años será justo al contrario". "Hay que tener mucha información técnica porque nos adentramos en la era de la imagen", añadió. Otra mesa redonda trató la creación de una red transnacional de ilustradores, que serviría para que cada asociación aproveche los conocimientos de las demás y para proteger los derechos de autor, destacaron los participantes, entre ellos Arnal Ballester y Carlos Ortín, presidente de la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales.