El terrorismo frena la recuperación del sector petrolero
La recuperación del sector petrolero iraquí tras la guerra avanza sin pausa, pero mucho más lentamente de lo que se esperaba después de una contienda tan fugaz. Para finales de septiembre, Irak logró extraer 1,4 millones de barriles diarios, 10 veces más que a finales de abril pasado, poco antes de que el presidente Bush declarara el fin de las hostilidades. No obstante, la cifra de extracción registrada del mes pasado es aún muy baja si se la compara con los 2,5 millones de barriles que el país producía antes de la guerra, a pesar de su vetusta tecnología. Y se queda aún más pequeña si se tiene en cuenta el potencial petrolero de Irak: siete millones de barriles al día.
Los actos de sabotaje y la inseguridad general sin duda han retrasado enormemente el desarrollo petrolero iraquí y, con ello, se ha privado al país de las divisas por las ventas de hidrocarburos. La actual producción prácticamente procede en su totalidad de los yacimientos cercanos a Basora, al sur del país, puesto que los de Kirkuk, al norte, están siendo los más dañados por los ataques. Esta situación, además de mermar la extracción, obstaculiza las exportaciones por los puertos turcos del Mediterráneo. Éste es el tipo de petróleo que Repsol YPF y Cepsa mayormente han adquirido hasta ahora, unos cuatro millones de barriles cada empresa. Una buena parte de ese crudo estaba almacenado en Ceyhan (Turquía) desde antes de la caída de Sadam Husein.
Prioridades de inversión
Las dos petroleras participarán mañana y pasado en la Conferencia de Donantes para Irak que se celebrará en Madrid. En principio, los representantes de las empresas esperan que las autoridades petroleras iraquíes les expliquen sus planes de desarrollo del sector, las prioridades de inversión y sus objetivos. Ambas compañías están atentas para participar en las subastas de crudo iraquí que vayan produciéndose. Repsol YPF incluso puede volver a considerar la posibilidad de participar en un proyecto de exploración y producción después de que en 1997 no lograra acercar posiciones con el antiguo régimen de Bagdad para invertir en el yacimiento de Nasiriya.
La industria energética iraquí necesitará una inversión de unos 40.000 millones de dólares hasta 2010 para comenzar a funcionar, según varios estudios presentados en una conferencia sobre energía en los países árabes celebrada en El Cairo a finales de 2002. El 75% de esa cifra debía ser destinado sólo a la exploración y producción de crudo. No obstante, a medida que aumenta la inseguridad y los daños a la industria, más fondos se necesitarán y más se retrasará la inversión privada para resucitar el sector.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Consecuencias económicas
- Conferencia donantes Irak
- Cepsa
- Repsol
- Conferencias internacionales
- Reconstrucción
- Irak
- Ayuda económica
- Guerra Golfo
- Suministro petroleo
- Cooperación y desarrollo
- Cese hostilidades
- Petroleras
- Relaciones internacionales
- Petróleo
- Suministro energía
- Proceso paz
- Combustibles fósiles
- Oriente próximo
- Combustibles
- Materias primas
- Asia
- Guerra
- Energía no renovable
- Conflictos